Poco a poco se van desgranando los pormenores del acuerdo de la PAC alcanzando por las instituciones de la Unión Europea (Comisión, Parlamento y Consejo) alcanzaron este viernes 25 para cerrar la negociación de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) para 2023-2027, y que aún debe ser aprobado a comienzos de la próxima semana por el Consejo de Agricultura de la Unión Europea, Entre las novedades destaca que se incrementa al 25% los pagos directos a ecoesquemas, se incluirá la pluriactividad dentro de la definición de agricultor genuino, incluyendo a aquellos que reciben menos de 5.000 euros de ayudas directas; y la convergencia se hará de forma paulatina, tal y como se vbenía anunciado por parte del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

El texto aprobado se ajusta al periodo de convergencia paulatino propuesto por varias CCAA, que fija el objetivo de alcanzar el 85% en 2026 e introduciendo un mecanismo de limitación de pérdidas para aquellos que tengan un mayor valor. «De esta forma, la convergencia debe realizarse de una forma paulatina que permita la adaptación de los agricultores y ganaderos a la nueva situación. La convergencia intrarregional del 85% debe alcanzarse al final del periodo, tal y como se establece en el acuerdo.

También se han marcado unas reglas para la limitación de las pérdidas que se puedan producir por la aplicación de esta convergencia en aquellos sectores especialmente afectados, «como puedan ser los sectores ganaderos de poca base territorial y los de cultivos industriales», ya que, de otra forma, estos agricultores y ganaderos se verían muy perjudicados haciendo inviable el mantenimiento de su actividad.

SOMBRAS: NO SE GARANTIZAN  LOS PRECIOS JUSTOS Y SE EXIGEN MÁS REQUISITOS MERDIOAMBIENTALES SIN MÁS PRESUPUESTO

Igualmente, en los pormenores del acuerdo de la PAC se incluye que se respeta la pluriactividad dentro de la definición de agricultor genuino, incluyendo a aquellos que reciben menos de 5.000 euros de ayudas directas. «Ésta es una pieza clave para el mantenimiento de la actividad económica, el empleo y la fijación de la población en las zonas rurales», como recuerdan desde Andalucía, la principal defensora de esta medida.

No obstante, se asume que el acuerdo definitivo «contiene algunas sombras», como la falta de mecanismos que permitan una adecuada gestión de los mercados para asegurar precios justos a los agricultores y los ganaderos o la introducción de nuevos requisitos medioambientales sin aumento presupuestario. Este incremento de las exigencias ambientales y climáticas va a limitar la competitividad en los mercados al generar una competencia desleal respecto a las importaciones de terceros países que no las aplican, poniendo en peligro la rentabilidad de nuestras explotaciones.

Asimismo, los pormenores del acuerdo de la PAC señalan que se ha acordado condicionar un 25% de los pagos directos a ecoesquemas, al superarse el 20% inicialmente planteado por los estados miembros. Además, se aumenta la ambición ambiental del segundo pilar a un 35%, «un incremento que elimina el margen de maniobra y la flexibilidad para el cumplimiento de los objetivos ambientales de la PAC».

Finalmente, se introduce en el acuerdo una nueva condicionalidad de las ayudas, basada en el cumplimiento de la legislación en materia laboral cuyas sanciones sobre pagos directos serán aplicadas por la autoridad agraria, lo que aumentará la carga administrativa y la complejidad de la gestión de las ayudas, lejos de la simplificación perseguida con la reforma.