La bajada del IVA de los alimentos del Gobierno sigue provocando el enfado del sector agrario, que debe asumir una nueva carga financiera, en especial los productores en régimen general de IVA. Desde la entrada en vigor del Real decreto ley 20/2022 de 27 de diciembre, los productores de leche, queso, aceite, cereales, huevos, legumbres, tubérculos, fruta y hortalizas tienen que continuar asumiendo el IVA de los insumos necesarios para la producción (piensos, fertilizantes, energía, etc.), mientras que la venta de los alimentos que producen están exentos, o se ha reducido temporalmente. Este hecho los perjudica a efectos tributarios, porque no podrán reclamar el IVA hasta finales de año. Esto implica que no se les devolverá el IVA soportado hasta el 2024 (en algunos casos, a finales del año próximo).

Hasta el 1 de enero, tanto agricultores como ganaderos repercutían, por un lado, el IVA a sus clientes (IVA devengado), y por otra, soportaban el IVA de sus compras (IVA soportado), e ingresaban la diferencia entre los dos trimestralmente. Durante los próximos 6 meses, en cambio, el IVA de los alimentos básicos ha quedado suprimido, mientras que el del aceite y las pastas alimentarias pasan del 10% al 5%.

A partir de la entrada en vigor del decreto, no podrán reclamar el IVA de los alimentos que producen hasta diciembre, pero sí que tienen que mantener el IVA habitual ante sus proveedores.

Ante esta situación, la organización agraria JARC denuncia que esta situación es aún más complicada para aquellos agricultores y ganaderos que se han mantenido en el régimen especial hasta el 2022, pero que por renuncia o exclusión en el 2023 estarán en el general. Estos tienen que hacer un inventario sobre todos aquellos productos generados, pero que no se han vendido o utilizado, dado que tienen derecho a la compensación del 12% pero el IVA no se podrá solicitar hasta finales de año.

La entidad considera «inadmisible que se sume una nueva carga financiera a los productores, en la situación actual. El sector agrario ha sido fuertemente castigado, tanto desde el punto de vista económico, puesto que ha sufrido problemas de liquidez con una gran crisis de precios, a la que se ha sumado un importante aumento del coste de las materias primas y energía, derivadas del conflicto bélico de Ucrania; como por las pérdidas provocadas por las climatologías adversas».

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