Un día antes del pronunciamiento oficial de Estados Unidos sobre los aranceles anunciados hace un par de semanas, su presidente, Donald Trump, ha asegurado que los gravámenes a España se van a mantener, lo que, de facto, supondrá tasar el 100% de las ventas de aceituna de mesa en el principal mercado exterior para la oferta española. Se trata de un varapalo más, añadido a los aranceles que desde noviembre de 2017 ya se vienen aplicando a la comercialización de aceituna negra, un hecho que, desde el Consejo Sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias se afirma rotundamente “no se puede consentir y requiere de actuaciones por parte de las administraciones competentes”.

Según explica su presidente, Gabriel Cabello, gravar el 100% de las ventas de aceituna en Estados Unidos supondrá el fin de la comercialización en aquel país, donde hasta 2017 se venían vendiendo unas 75.000 toneladas, sumadas verde, negra y otras preparaciones. Como consecuencia de los aranceles, que el 1 de agosto de 2018 se incrementaron hasta el 34,79%, la comercialización de aceituna negra se ha reducido un 50% en los dos últimos años, pasando de las 27.435 toneladas de la campaña 2016-2017 a las 13.722 de la 2018-2019, y las pérdidas acumuladas alcanzan ya los 60 millones de euros.

A pesar del descenso, en el último ejercicio Estados Unidos supuso el 20% de las más de 311.000 toneladas de aceituna española exportada, de las cuales el 76% tuvieron su origen en Andalucía, siendo España hasta ahora el principal suministrador de aceituna de mesa al país norteamericano, a mucha distancia del segundo y tercer país, Grecia y Marruecos, respectivamente.

piden “medidas de Estado” para un “conflicto de Estados”, que debe resolverse en el seno de la Unión Europea

Con la imposición de los aranceles el sector de la aceituna de mesa se encuentra en una situación parecida a la del aceite de oliva, de modo que la expulsión de la oferta española, que no podrá competir en precio con la de otros países, podrá ser aprovechada por otros estados de la Unión Europea como Grecia, a los que, sin embargo la medida no afectará.

Desde el Consejo Sectorial se piden “medidas de Estado” para un “conflicto de Estados”, que debe resolverse en el seno de la Unión Europea, al estar permitiendo la ruptura del mercado único y que se produzcan agravios comparativos entre sus países miembro.

Además, Gabriel Cabello lamenta que, en el caso de la aceituna, sea el propio sector el que está costeando su defensa ante Estados Unidos, unos gastos jurídicos que ya han supuesto el desembolso de 5 millones de euros, los cuales han sido asumidos íntegramente por cooperativas y empresas, que tienen previsto costes añadidos por 2,5 millones de euros.

“No entendemos que al igual que la Administración de Estados Unidos ha tomado parte activa en este asunto y está actuando a favor de las empresas de aceituna californianas, nuestro Gobierno de España y la Unión Europea no estén demostrando la misma implicación y nos aboquen a nosotros, a los agricultores, a defendernos con nuestros propios recursos”, explica el presidente sectorial.

Desde Cooperativas Agro-alimentarias se recuerda que España es el primer productor mundial de aceituna de mesa y que se trata de un sector estratégico en Andalucía, donde genera 1,75 millones de jornales anuales, con la provincia de Sevilla a la cabeza al concentrar en torno al 65% de la producción.

“Y no solo se están viendo afectadas nuestras ventas de aceituna y nuestros gastos en servicios jurídicos, sino que los aranceles que ya venimos soportando están teniendo un efecto en las cotizaciones a nivel general”, señala Gabriel Cabello. En concreto, según las cifras que maneja el sector, el precio medio habría descendido en la última campaña un 19,6% de media, siendo la variedad hojiblanca -que representa en torno al 50% de la producción total-, la más afectada con un descalabro del 33%.

En resumen, desde el Consejo Sectorial de Aceituna de Mesa se pide a las administraciones españolas que “tomen en serio” la problemática del sector, cuya dimensión es enorme, máxime si sumamos el Brexit o la reforma de una todavía muy incierta PAC. “Pedimos actuaciones al más alto nivel que arrojen luz a un futuro de total incertidumbre”, concluye Gabriel Cabello.

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