Rusia ha asegurado que el acuerdo para la exportación de cereal ucraniano no puede continuar en funcionamiento sin su participación y ha abierto levemente la puerta a seguir con este corredor pero con la condición de que no permitirá que atraviesen el mar Negro los buques con cereal que no hayan sido inspeccionados por sus expertos, según manifestó el embajador ruso en la ONU, Vasili Nebenzia.

Nebenzia hizo esta afirmación en una reunión del Consejo de Seguridad convocada por Moscú tras el ataque con drones contra su flota del mar Negro y la posterior decisión de suspender el acuerdo que había sellado con Ucrania, la ONU y Turquía para facilitar la salida del grano ucraniano.

Nebenzia acusó a Ucrania de usar este mecanismo con fines militares y dijo que su país no puede permitir el paso de buques que no haya inspeccionado, por lo que tendrá que tomar sus propias «medidas de control» si el tráfico continúa.

«Daremos detalles de nuestro enfoque sobre esto en un futuro muy cercano», dijo el diplomático, que lamentó que el centro de coordinación instalado en Estambul haya dado luz verde a algunos barcos sin el permiso de Rusia.

RUSIA ACUSA A ESTOS BUQUES CON CEREAL DE TOMAR PARTE EN LOS ATAQUES MIENTRAS QUE LA ONU LO NIEGA

Pese a la salida de Rusia del pacto, Ucrania, Turquía y la ONU aprobaron el transporte para esta semana de 16 graneleros, doce de ellos desde puertos ucranianos y cuatro de camino a Ucrania para ser cargados, y prevén continuar con las inspecciones de más buques que esperan.

Ante esa situación, Nebenzia recalcó que las decisiones que se tomen sin Rusia no le obligan a nada e insistió en que el acuerdo del mar Negro no puede implementarse sin su participación.

El embajador ruso repitió ante el Consejo de Seguridad las denuncias hechas en los últimos días por su gobierno, que asegura que los drones marinos empleados este sábado contra buques de Armada rusa en el puerto de Sebástopol utilizaron el denominado «corredor del grano», la zona de seguridad en el mar Negro para la exportación de cereales ucranianos.

Moscú considera que las pruebas recogidas apuntan a que al menos uno de los aparatos pudo ser lanzado desde un mercante que navegaba amparado por el acuerdo del mar Negro, por lo que ha decidido que no puede continuar en él por ahora, aunque no ha anunciado una salida definitiva.

Esos argumentos fueron puestos en cuestión por el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, durante un discurso en la misma reunión del Consejo de Seguridad en el que, entre otras cosas, dijo que ningún carguero se encontraba en el corredor en la noche del 29 de octubre, cuando supuestamente los ataques tuvieron lugar.

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