La campaña específica que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social ha comenzado en el campo ha tensado la cuerda de las relaciones laborales entre muchos agentes implicados y, mientras unos las ven necesarias y aún insuficientes, otros critican la forma de realizar estas inspecciones en el campo.

La polémica surgió a mediados de mes cuando varios medios de comunicación publicaron los cuestionarios que presumiblemente realizan los inspectores a pie de granja o industria y que abordan aspectos como si el trabajador presenta indicios de malos tratos, como magulladuras, o si está encerrado en el lugar de trabajo.

El Ministerio de Trabajo no precisó el contenido de los cuestionarios, pero señaló a Efeagro que la inspección debe estar preparada y tener protocolos para detectar «cualquier supuesto» de infracción o abuso a los derechos laborales en «todos» los sectores y que en «todos» ellos se desarrollan estas campañas.

Para asaja, «Se nos trata como a delicuentes y están haciendo un auténtico tercer grado a los trabajadores»

El director de  ASAJA, Juanjo Álvarez, asegura que tratan a los empresarios agrícolas «como delincuentes», lo que supone un «auténtico asalto a mano armada».

Añade que las inspecciones ya han comenzado y se está haciendo un «auténtico tercer grado» a los trabajadores preguntándoles «si se les maltrata o se les da de beber».

Álvarez indica que inspecciones «siempre ha habido» y ellos están dispuestos a colaborar, pero siempre y cuando no les «traten como a delincuentes».

Apunta que los empleadores «siempre» han respetado las condiciones laborales fijadas en los convenios colectivos.

COAG no entiende «cómo desde el Gobierno se puede trasladar la idea de una situación generalizada de maltrato al trabajador»

Desde COAG, se remiten a lo que ya dijeron cuando saltó la polémica, cuando su secretario de organización en Andalucía, Eduardo López, lamentó que el Ministerio de Trabajo «colabore con campañas tóxicas de la competencia europea» y calificó de «inaudito e insólito que se hable de esclavitud» en el campo.

COAG no cuestiona ni el cumplimiento de la legislación laboral ni el funcionamiento de los cuerpos de inspección, si bien no entiende «cómo desde el Gobierno se puede trasladar la idea de una situación generalizada de maltrato al trabajador cuando los casos, si existen, son muy aislados, y hay vías administrativas y jurídicas para erradicarlos».

UPA quiere quitar hierro a la polémica del cuestionario enviado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y espera que «ese desafortunado incidente pase lo antes posible», así como las inspecciones en el campo.

En ese sentido, considera que los inspectores deben seguir haciendo su trabajo, al tiempo que «va mejorando la situación en el campo».

para los sindicatos las inspecciones son «insuficientes» y no del todo adecuadas porque «las empresas están avisadas» previamente

Distinta es la visión desde organizaciones sindicales como UGT, cuyo secretario sectorial Agrario, Emilio Terrón, cree que las inspecciones en el campo son «insuficientes» y no del todo adecuadas porque «las empresas están avisadas» previamente de las mismas.

Apuesta por aumentar esos controles y recuerda la visita del relator de la ONU Philip Alston en febrero pasado cuando aseguró, tras su viaje a Huelva, que las condiciones en las que vivían los recolectores de fresa eran «deplorables».

Para Terrón, está «claro» que «hay» casos de «explotación laboral» en el campo español y hace referencia especialmente a incumplimientos a la hora de pagar el Salario Mínimo Interprofesional o la no declaración de todas las peonadas trabajadas.

Este sindicalista pide inspecciones «continuas, ya que hay fraude» y lamenta que haya trabajadores que «no denuncien por miedo».

El responsable adjunto de Política sindical y sector agrario de CCOO, José Fuentes, expresa su preocupación por la falta de protocolos de seguridad que pueda haber en los alojamientos de los temporeros y durante sus desplazamientos a las explotaciones.

En aquellas zonas agrícolas donde se concentra la movilidad de estos trabajadores, muchas de diferentes nacionalidades y costumbres, Fuentes teme además que haya rebrotes del coronavirus y anima a las organizaciones agrarias a ser «las primeras en denunciar» cuando no se den las condiciones.

«Confiamos en que la inspección haga su trabajo, aunque no tiene los recursos técnicos y humanos necesarios», afirma el responsable de CCOO, que llama a cumplir los protocolos de seguridad y controlar la movilidad de los trabajadores.

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