La creación de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) en toda España para el jamón serrano, que impida su producción fuera de nuestro país, sigue provocando rechazos no solo dentro de nuestras fronteras sino que ya incluso fuera de ellas. Tras la declaración institucional de la Diputación de Granada contra los planes del Ministerio, ahora está siendo Portugal, cuyos productores, aprovechando que este semestre el país luso lidera la presidencia de la UE, quieren aprovechar esta coyuntura para  presentar los recursos correspondientes en Bruselas y así evitar la apropiación del término por parte de España, según recoge Javier Romera en eleconomista.es.

De hecho, en el último pliego de condiciones que ha presentado el Ministerio para defender esta figura de la IGP Jamón Serrano, se presenta documentos que sustentan la reputación del jamón serrano y, en especial, aquellos “que destacan las diferencias del jamón Español con el resto de jamones”. De hecho, el Pliego se refiere a un artículo de la publicación inglesa “Hamazing” relativo a “las diferencias entre el Jamón Serrano, el de Parma, el de Bayona y el jamón de Portugal”.

Pero curiosamente, en los argumentos esgrimidos para diferenciar al jamón serrano español del resto, incluido el portugués, se basan en su concepción de ser serrano, es decir criado en la sierra. Y es precisamente este hecho el que ha provocado que la Diputación de Granada se haya opuesto por unanimidad a la creación de esta IGP, al señalar en su escrito institucional que «la IGP Jamón Serrano en sí misma resultará engañosa para los consumidores. Es indudable que la expectativa de los consumidores ante la expresión “Jamón Serrano” que, además, iría ligada al sello IGP, será la de estar ante un jamón elaborado en la sierra y secado en ambiente natural, cuando en realidad el Pliego de Condiciones permitirá la certificación de jamones no elaborados en la sierra y secados haciendo uso de aparatos de control artificial de la temperatura ambiental», algo que sí se exige actualmente en las dos IGPs de jamón serrano existentes en España (IGP Jamón de Trevélez e IGP Jamón de Serón de Almería)».

La Diputación también remarcó  que «el pliego de condiciones de la pretendida IGP es sumamente incongruente, hasta el punto de desvirtuar completamente el procedimiento de elaboración tradicional del producto, al no exigir que el proceso de curación del jamón tenga lugar en la sierra, ni que el secado o maduración se lleve a cabo en ambientes naturales. Todo lo contrario autoriza el empleo de aparatos frigoríficos y de control de temperatura». Unos argumentos que ahora quiere aprovechar Portugal , ya que presidencia de la UE, para frenar esta nueva IGP.

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