El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha dejado claro que que en ningún caso se va a dar un giro a la orientación marcada en el Pacto Verde o de la estrategia De la Granja a la Mesa y asegurado que plantear esta opción, tal y como han pedido algunas organizaciones agrarias o cooperativas e incluso se había barajado inicialmente en la CE, supone un “falso debate”.

Pese a  esto, sí ha afirmado que la actual coyuntura por las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania obliga a tomar medidas de flexibilidad en la PAC para aumentar la producción agraria en Europa, pero sin que ello signifique renunciar a los objetivos de sostenibilidad del Pacto Verde. “Hay que realizar ajustes, pero no cambiar el rumbo”, ha asegurado.

 En su intervención en el desayuno-coloquio del Foro Joly Andalucía, en Sevilla, el ministro se ha referido a que debido a las actuales circunstancia la Comisión Europea ha adoptado algunas medidas, y demandadas por España, como la autorización a cultivar tierras que ahora están en barbecho por ser de interés para aumentar la producción de alimentos que se importaban de Rusia y Ucrania, que son dos de los principales productores mundiales de cereales. En el caso de España, que ha desarrollado esta flexibilidad en el real decreto-ley de medidas urgentes aprobado el martes en el Consejo de Ministros, se trata de aumentar principalmente la producción de girasol y maíz para alimentación animal, productos en los que existe una gran dependencia de las importaciones desde Ucrania.

RECHAZA EL «FALSO DEBATE» DE DAR MARCHA ATRÁS EN EL PACTO VERDE O LA ESTRATEGIA DE LA GRANJA A LA MESA

Pero ha precisado que se trata de medidas excepcionales para dar respuesta a una situación excepcional, que en ningún caso deben significar dar un giro a la orientación marcada en el Pacto Verde o de la estrategia De la Granja a la Mesa. Plantearlo así supone, según el ministro, un “falso debate”, y lo que se requiere es una adaptación de los calendarios y acompasar el avance en estas estrategias a unas circunstancias extraordinarias de guerra. Planas ha reiterado que Europa está en uno de los momentos más difíciles de los últimos 40 años y lo que necesita so medidas concretas y no un «falso debate» sobre el futuro de la PAC.

El ministro, que ha reiterado la fortaleza del sector agroalimentario español, que aporta alrededor del 10 % del Producto Interior Bruto (PIB), con una renta agraria que en 2021 creció un 2,3%, y con más de 60.000 millones de euros en exportaciones que nos sitúan como el cuarto país europeo y octavo del mundo, ha identificado cuatro grandes retos de futuro: rentabilidad, sostenibilidad, relevo generacional e innovación y digitalización.

Sobre la sostenibilidad ha asegurado que no es una cuestión de ideología, sino una cuestión de solidaridad intergeneracional y clave de futuro. El sector agrario, ha señalado, se encuentra ante el gran desafío de tener que aumentar la producción de alimentos, pero hacerlo de forma sostenible, reduciendo el consumo de recursos naturales. Ha advertido que para que la actividad agraria sea sostenible tiene que ser rentable. Para el ministro, una producción más respetuosa con el medio ambiente es totalmente compatible con una mejora de la productividad que garantice la seguridad alimentaria. En esa línea trabaja este Gobierno.

Para hacer frente a estos retos, Planas ha destacado cuatro instrumentos impulsados por el Gobierno. En primer lugar la reforma de la ley de la cadena alimentaria, que supone un cambio de cultura en las relaciones comerciales en el sector, con la obligatoriedad de realizar los contratos por escrito y de que en la fijación de precios entre los distintos eslabones se computen siempre los costes de producción, “para proteger al eslabón más débil”.

La ley introduce unas reglas de juego que van a favorecer la generación de valor y garantizar un reparto más equitativo y será determinante en la obtención de retribuciones más justas para todos los eslabones de la cadena.

INYECIÓN DE FONDOS PÚBLICOS SIN PRECEDENTES EN EL SECTOR

Asimismo se ha referido a la importante inyección de fondos públicos que suponen una cuantía de apoyo sin precedentes históricos, con una confluencia de más de 55.000 millones de euros entre las ayudas de la PAC (47.724 millones de euros en el período 2021-27), la cofinanciación estatal y autonómica a los fondos de desarrollo rural (2.400 millones), el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y el PERTE Agroalimentario (suman más de 2.000 millones de euros de aportación pública directa, más la cofinanciación e inversiones inducidas) y los 1.120 millones del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA).

Entre las apuestas estratégicas del Gobierno, el ministro ha hecho hincapié en el regadío sostenible, del que ha asegurado que es el ADN del sector agroalimentario español y la clave para conseguir unas producciones más rentables y un ahorro de recursos hídricos y energéticos. La modernización de regadíos es el eje con mayor inversión del PRTR, 563 millones de inversión pública, de los que corresponderán a Andalucía 144 millones de euros en 23 actuaciones.

Planas se ha referido también al incremento en los Presupuestos Generales del Estado del apoyo a la contratación de seguros agrarios, una herramienta que ha considerado fundamental en un tiempo en el que por efecto del cambio climático han aumentado considerablemente la siniestralidad.

Ha remarcado que las políticas estructurales del Gobierno y las medidas coyunturales para hacer frente a la sequía y a las consecuencias de la guerra en Ucrania constituyen un potente apoyo a los sectores agrario y pesquero.

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