Tras la protesta de Zamora, con pacas de paja, que quemaron a lo largo del recorrido, ganaderos de la provincia de Ourense  han salido este miércoles 10 a la calle en Ourense para denunciar “la grave crisis” del sector y escenificar la posible muerte de sus explotaciones si no suben los precios para compensar el incremento de los costes. Y mañana las protestas continuará en Granada y Mollerusa contra la industria, representada en todas las protestas en las marcas de Lactalis.

Durante la protesta contra la industria láctea, que transcurrió desde la Subdelegación del Gobierno al edificio administrativo de la Xunta, los manifestantes han denunciado la “situación insostenible” del sector y han pedido el apoyo de las administraciones para poder hacer frente a las pérdidas derivadas del incremento de los costes, situación a la que añaden los daños causados por el lobo.

El colectivo alerta de que “producir un becerro cuesta en torno a 150 euros más que en enero de 2020 y lo estamos vendiendo por 50 euros menos, esto es, un diferencial de 200 euros”, algo que ven “muy difícil mantener en el tiempo”, ha apuntado el responsable de Agricultura y Ganadería de Unións Agrarias, Xosé Ramón González.

ADVIERTEN DE QUE NO SE PUEDE ADMITIR QUE «SUBAN LOS COSTES DE PRODUCCIÓN MIENTRAS BAJA EL PRECIO DE VENTA»

Este ganadero ha advertido que el problema no es sólo económico sino también demográfico, pues “estamos hablando de zonas donde es muy difícil mantener población por lo que lanza “un SOS demográfico”, indicó.

Los ganaderos reclaman a la Xunta “ayudas directas” y la puesta en marcha de “un observatorio de precios creíble” que permita garantizar la producción ganadera.

Asimismo, piden que el Ministerio de Agricultura “entre de oficio” para “que se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria” tras advertir de que “no puede ser que suban los costes de producción” mientras baja “el precio de venta”. Consideran que esta situación podría abocar no sólo “al cierre” de las explotaciones sino también “al derrumbe económico” de la provincia.

Miguel Gómez, ganadero orensano, ve “muy complicado” poder vivir de la ganadería con estas condiciones, problemática a la que se suma los daños por el lobo.

“No puedo dedicar tres días a buscar una vaca en el monte y dejar al resto de animales sin atender ni tampoco pagar un seguro y que cuando muera un animal, tener que pagar para que lo recojan”, ha explicado.

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