ASAJA Salamanca ha informado sobre un ataque de zorros acometido esta madrugada del jueves 6 de febrero a una explotación de Ciudad Rodrigo, con el agravante de que el ganadero se queda sin indemnización al no estar previsto estos ataques. Según asegura el ganadero, cuando acudió esta mañana del jueves 6 pronto a la parcela, donde había separado de un lote de 65 vacas cruzadas a la madre que iba a parir, se encontró con el ataque de tres zorras que salieron espantadas al verle.

Los animales salvajes acabaron con la vida del ternero al comerle el hocico mientras paría la madre. Una vez expulsado el ternero, siguieron devorándole, así como la parte trasera, la natura, de la reproductora, cuya vida pende de un hilo y originará costes elevados de veterinario “para que lo mismo no se consiga sacar adelante”, asegura.

El ganadero ha llamado a los agentes para que vayan a dar parte, pero siente que le “están dando largas” porque le han comunicado que no se van a presentar de momento. ASAJA Salamanca recuerda que ya hubo otro socio de esta organización en la que los agentes se presentaron hasta 4 días después y la intensa lluvia había limpiado la sangre de la parcela y causó que los agentes no hicieran parte alguno.

“Esto es inaguantable, es una impotencia tremenda, es un sin vivir. Cuando no es el zorro, son los buitres, no te cubren nada y esto es ajeno a nosotros, sino culpa de animales salvajes. Además, cada vez que das un parte, el seguro de recogida de cadáveres te hace una subida de un 400%. Muy injusto, porque no es por culpa mía, sino por animales salvajes”, lamenta el ganadero.

Ésta no es la primera vez que este ganadero tiene un ataque de animales silvestres. Hace ya tres semanas, testigos del suceso vieron cómo los buitres estaban sacando las tripas a un becerro vivo. Dio parte a los agentes de Medio Ambiente y se lo certificaron, evidentemente, como ataque de aves. Pero al igual que ocurre con los zorros, los buitres no tienen compensación alguna.

ASAJA Salamanca insta urgentemente a la Administración a que, en primer lugar, los agentes a su disposición acudan cuanto antes a verificar el suceso y se encarguen de subsanar económicamente todas las pérdidas que originan los animales salvajes.

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