El director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), Luis Calabozo, asegura que «siempre» hay «criterios de disconformidad» en la compra-venta en cualquier sector, entre ellos el lácteo, pero a la industria láceta «no le consta» que ahora «haya abandonos de producción» lechera por «no cubrir costes».

En una entrevista con Efeagro, indica que el cierre de explotaciones en los últimos años se debe más a un proceso de reestructuración que, «más allá del precio, tiene que ver con factores socio-económicos, de gestión o de interés en invertir».

Ante la denuncia de algunas organizaciones sobre la bajada «injustificada» de los precios en origen en las relaciones contractuales productor-industria, incluso algunas por debajo de costes de producción, Calabozo señala que los costes son «individuales para cada ganadero» y «lo que tiene que quedar claro es que las dos partes estén de acuerdo en que sí se cubren».

En esas relaciones contractuales «tiene que quedar muy claro» que cada eslabón «conoce los costes y que cada cliente, a lo largo de la cadena, sepa el precio al que puede vender y comprar para ser competitivo», incide.

«PRÁCTICAMENTE EL 100% DE LA INDUSTRIA LÁCTEA ESPAÑOLA SE HAN ADAPTADO» A LA MODIFICACIÓN DE LA LEY DE LA CADENA”

A veces, la parte genérica de cubrir los costes efectivos de producción dependen de cada uno, de sus negociaciones o posibilidades de tal forma que «es posible que, para unos, un precio sea rentable y para otros no lo sea», puntualiza.

Precisamente, la reciente reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria prohibía la venta a pérdidas y Calabozo remarca que, «prácticamente el 100% de la industria láctea española se han adaptado» a dicha modificación. «Este sector ha cumplido (la ley) porque, además, ya venía haciéndolo con otras normativas que son de las más restrictivas y exigentes» en esta materia.

La industria, por tanto, «se ha adaptado» pero tiene el «reto», junto al resto de la cadena alimentaria, de seguir afrontando otros nuevos como la «estrategia comunitaria «De la Granja a la Mesa» o el «Green Deal».

«O generamos valor en la cadena para repartirlo y poder afrontar todas estas inversiones o, si no, esta cadena tendrá una presión aún mayor de la que está sufriendo tradicionalmente», añade.

Por eso espera que la Ley de la Cadena, que será modificada nuevamente en los próximos meses para adaptarse a la normativa de la UE, «suponga creación de valor a la vez que permita mantener la competitividad, lo cual no es fácil».

LA PANDEMIA Y LA INCERTIDUMBRE

En cuanto a la situación creada por la covid-19, la palabra que mejor define la situación de las industrias lácteas en estos momentos es «incertidumbre»; una incertidumbre incluso hasta para elaborar sus presupuestos de cara a 2021.

Las empresas no saben bien en qué parámetros basarse para elaborar sus cuentas ante dudas como el desarrollo del consumo o la viabilidad de los colegios y sus comedores en función del desarrollo de la pandemia en los próximos meses. Son todo interrogantes y habrá que «ir viendo trimestre a trimestre cómo va» la situación, dice.

En cuanto al consumo interno desde que comenzó el estado de alarma, éste ha pasado por varias fases: desde una inicial de incremento importante de compras para el hogar debido al confinamiento obligatorio y al cierre del Horeca, a un consumo familiar ya más relajado durante la desescalada.

Pero Calabozo tiene claro que ese mayor consumo en los hogares «no ha compensado» el «desastre» vivido en la restauración. También hay industrias lácteas que aplicaron ERTEs, especialmente las que dependían «totalmente o en gran medida» del Horeca y del catering.

EL QUESO SERÁ UNO DE LOS MÁS AFECTADOS POR  UN NUTRISCORE, QUE VE DEMASIADO SIMPLISTA

La irrupción del coronavirus ha trastocado además la estrategia «de crecimiento y recuperación de nuestro potencial productivo» en la que estaban trabajando las lácteas nacionales: «Hasta que llegó la pandemia, todo iba bien», asevera.

Por otro lado, Calabozo también hace mención al sistema voluntario de etiquetado de alimentos Nutriscore, que ve demasiado simplista.

Por ello, le pide a la Unión Europea que, de implantarlo obligatorio, sea el mismo para todos los países y que tenga en cuenta una matriz nutricional más amplia a la hora de calificar un alimento.

El queso, bajo su punto de vista, es uno de los perjudicados por Nutriscore ya que «no tiene en cuenta la proteína relacionada con el calcio», que es «imprescindible para la población, y en especial para los niños».

En España hay más de 1.500 centros autorizados para la recogida y transformación de leche, de los cuales 600 podrían considerarse industrias lácteas, según los datos de Fenil.

Además, las industrias lácteas suponen más de 9.500 millones de euros al año de volumen de negocio; un 2 % de la producción industrial de todo el país y da empleo a más de 30.000 personas (8,5 % del sector agroalimentario).

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