El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha notificado la detección de dos nuevos focos de viruela ovina y caprina (VOC) en Cuenca que afectan a más de 5.200 animales, lo que eleva a doce los registrados hasta ahora en la provincia. Alguno de los afectados se niegan al sacrificio de todos los animales porque se tratan de ovejas manchegas, una raza que tiende a desaparecer.

Así lo señalado el último informe sobre situación epidemiológica de la viruela ovina y caprina consultado por EFE, que indica que los dos nuevos focos afectan a dos explotaciones de producción de leche, uno de ellos en La Alberca de Záncara, con un censo de 1.359 ovejas y 311 cabras, y otro en Tébar, con 3.544 ovejas.

Se da la circunstancia que estos nuevos focos se han localizado en los dos últimos municipios donde en diciembre de 2022 se registraron los últimos casos en la provincia conquense.

Entonces, los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) de la Junta de Castilla-La Mancha establecieron una zona de protección, inspección clínica de los animales y toma de muestras de hisopos salivares en las explotaciones localizadas en un radio de cinco kilómetros como zona de mayor riesgo.

SE OPONEN AL SACRIFICIO DE TODOS LOS ANIMALES PORQUE LA OVEjA MANCHEGA ESTÁ EN PELIGRO DE DESAPARECER

Estas muestras, analizadas por PCR en el Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete (Madrid), han permitido ahora detectar la enfermedad en esas dos explotaciones.

Una de ellas, la de Tébar, la regenta Agustín, quien ha advertido en declaraciones a EFE del alto valor genético de los animales por lo que ha considerado que las ovejas manchegas están en peligro.

«Nos oponemos al sacrificio del 100% de la explotación. Es una oveja que tiende a desaparecer», ha indicado este responsable ganadero, quien ha reclamado una vacunación de los animales al entender que, de momento, las medidas que se han adoptado no han dado resultado.

La VOC es una enfermedad no zoonótica que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina sin que, en ningún caso, «pueda transmitirse al ser humano, ni por contacto directo con los animales, ni a través de productos derivados de los mismos».

La enfermedad estaba erradicada en España desde 1968 pero el año pasado se detectó por primera vez en Granada, de donde saltó precisamente a Cuenca, donde hasta la fecha se han notificado uno en la provincia de Almería y doce en la de Cuenca, el primero de ellos en Villaescusa de Haro.

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