El arroz Bomba, principal variedad cultivada en el Parque Natural La Marjal de Pego-Oliva, finalizó hace pocas semanas la campaña de siega y, según ha estimado la sectorial del Arroz de Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante, se ha saldado con una merma de producción de entre un 25% y un 30% para la campaña 2021, por el número limitado de herbicidas autorizados, por lo que se alcanzarán un total de un millón de kilos.

El principal motivo de esta caída de la producción se debe a una importante bajada de rendimientos en la recolección de la cosecha como consecuencia de la resistencia que han generado las malas que crecen junto al cereal por la utilización repetida de los pocos productos de herbicidas autorizados por la UE.

«En esta campaña especialmente, nos estamos encontrando con una adaptación de las malas hierbas, motivado porque el número limitado de herbicidas autorizados para tratamientos es menor, más caros y menos efectivos, lo que provoca resistencias que conllevan menor efectividad, haciendo que coexistan arroz y hierbas, con el resultado directo de un menor desarrollo del arroz, más grados de humedad e impurezas cuando se siega el cereal, afectando directamente a la cuenta final de kilogramos a contar por el productor», afirma Pep Orihuel, productor de arroz y presidente de la sectorial de Arroz de ASAJA, que también lamenta que «las directrices europeas son para toda la UE, pero en casi todos los países europeos productores de arroz son más permisivos con otros productos que aquí en España y, en concreto la Comunidad Valenciana, no nos dejan emplear», expresa Orihuel.

Por otro lado, los productores confían en que este año los principales compradores y destinatarios de este producto alicantino, la hostelería de la provincia, lo consuma de forma masiva y preferente, propiciando que se recuperen los precios en origen anteriores a la pandemia del Coronavirus, cuando el kilo en campo cotizaba de 0,80 euros en adelante y había rentabilidad para los arroceros.

«Esperamos que con el avance de la vacunación y el control de la pandemia se reactive el turismo y la hostelería de la zona despierte y vuelva a consumir de forma masiva y preferente el arroz Bomba de la Marjal de Pego, como ocurría antes del COVID, pudiendo alcanzar de nuevo las cotizaciones que superaban los 0,80 euros el kilo en origen y ofreciendo cierta rentabilidad a los productores. Si volvemos a vender como en 2020, cuando el kilo en campo a duras penas salió a 0,70 euros el kilo, muchos arroceros de la zona se verán en la difícil tesitura de plantearse la viabilidad de su explotación y se podría tambalear el sistema económico del arroz, con lo que ello conllevaría. Porque no solo nos enfrentaríamos a la pérdida de este cultivo, sino a la degradación del paisaje y el valor medioambiental y ecológico que el cultivo del arroz supone para este Parque Natural», alerta Orihuel.

La otra problemática que denuncia la sectorial se refiere al aumento en los costes de producción. Y es que, los agricultores afirman que este año, gracias a la climatología favorable, se han salvado de sufrir el ataque de la ‘Pyricularia oryzae´, un hongo que porta el arroz de por sí y de forma natural, y principal enfermedad del arroz debido a su amplia distribución y su poder destructivo bajo condiciones favorables. Pero alertan que, si el año que viene continúa la bajada de rendimientos y la tendencia de los bajos precios, difícilmente podrán hacer frente a la fuerte inversión en tratamientos fitopreventivos para mitigar la Pyricularia.

×