La Comisión Europea (CE) ha adoptado dos nuevas estrategias: la Estrategia sobre la Biodiversidad y la Estrategia «De la granja a la mesa» (F2F), ambas relacionadas y complementarias pues proponen acciones y compromisos de la UE para, “poner coto a la pérdida de biodiversidad en Europa y en el mundo y convertir nuestros sistemas alimentarios en normas para el mundo en pro de la sostenibilidad competitiva y la protección de la salud humana y planetaria, sin olvidar los medios de subsistencia de todas las partes en la cadena de valor alimentaria”. Una medida que no ha gustado al sector agrario y ahora tampoco gusta a la agricultura ecológica, que pide más medidas y no ceder ante las presiones.

Uno de los objetivos propuestos es alcanzar para el 2030 el 25% de superficie ecológica en Europa, o la reducción del 50% de pesticidas o el 20% menos de fertilizantes. También se proponen diversas medidas para el impulso de la demanda de productos ecológicos a través de esquemas de promoción y adquisiciones públicas ecológicas.

Ante estos objetivos, desde la Sociedad Española de Agricultura Ecológica/Agroecología (SEAE) al igual que desde el sector ecológico estatal y europeo, insisten «en no bajar la guardia: es urgente que la Unión Europea (UE) actúe mediante estrategias y políticas ambiciosas orientadas hacia una agenda ambiental, climática, de salud pública y social fuerte, unida y coherente, marcando una visión y agenda claras para la Política Agraria Común y el sistema alimentario. Los objetivos de estas estrategias solo se alcanzarán si se tienen en cuenta en las actuales negociaciones sobre la PAC«.

La actual pandemia Covid-19 ha puesto aún más de manifiesto las disfunciones de nuestros actuales sistemas alimentarios globalizados e insostenibles, basados ​​en cadenas largas, especializadas y sostenidas por una mano de obra sometida a malas condiciones de trabajo. Mientras, las pequeñas producciones se enfrentan a grandes dificultades para acceder a los mercados locales y para sobrevivir. Aún así, muchos de estos pequeños agricultores/as y ganaderos/as han demostrado tener un gran dinamismo y capacidad de adaptación para hacer frente a todos los obstáculos y continuar dando servicio, aún por encima de sus posibilidades. Por otro lado, el aumento exponencial de la demanda local y los canales de distribución alternativos demuestran la resistencia de estos modelos alimentarios y agrícolas.

SEAE solicita a la UE que los objetivos establecidos continúen y sean más ambiciosos

La crisis sanitaria ha centrado también la atención en aspectos relacionados con la salud, como la disminución de la capacidad de recuperación de personas con limitaciones de salud preexistentes, incluidas las relacionadas con la dieta o con el vínculo entre el aumento de la aparición de zoonosis y la cría intensiva de animales. La pérdida de biodiversidad y especies está mostrando sus consecuencias en todo el mundo.

Precisamente, esta crisis no debe coartar la ambición medioambiental y social de estas estrategias europeas, al contrario, debe reforzarla. A medida que la sociedad salga de la pandemia, el clima, la salud humana, el bienestar animal, la pérdida de biodiversidad y las crisis sociales seguirán y habrá que añadir a todo ello una nueva y profunda crisis económica. El siguiente paso es conseguir el respaldo del Parlamento Europeo y del Consejo y su aplicación en los 27 estados miembro.

Por todo esto, SEAE, junto a otras organizaciones de productores y de la sociedad civil, estatales y europeas, invita a toda la ciudadanía y partes interesadas a participar en este amplio debate público y solicita a la UE que los objetivos establecidos continúen y sean más ambiciosos para impulsar la transformación hacia un sistema alimentario sostenible con metas claras, cuantificables, calendarizadas y respaldadas por indicadores sólidos, comprometiéndose a reducir la huella de nuestro sistema alimentario a los límites fijados para 2030.

Tal y como ha señalado el presidente de IFOAM EU, Jan Plagge, “hacemos un llamamiento al Parlamento Europeo, al Consejo y a la Comisión para que integren plenamente los objetivos de las estrategias F2F y Biodiversidad en el Reglamento de Planes Estratégicos de la PAC, para elevar el nivel de ambición y hacer de la PAC una herramienta eficaz para incentivar y ayudar a los agricultores a hacer la transición a prácticas agroecológicas y más sostenibles. La UE necesita una nueva PAC que recompense a los agricultores por su contribución a los bienes públicos, como la preservación de nuestros recursos naturales «.

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