La nueva presidenta de la Comisión Europea (CE), la alemana Ursula von der Leyen, presentó este miércoles 11 el borrador del Pacto Verde Europeo, una hoja de ruta que quiere acelerar la transición ecológica de la Unión Europea y a la vez ser su «nueva estrategia económica».

El plan, cuyo principal objetivo es conseguir que la Unión se convierta en una economía neutra en emisiones de CO2 en 2050, contempla un Mecanismo de Transición Justa que busca movilizar 100.000 millones de euros para ayudar a los países que tengan más dificultades para la transición.

El Pacto recoge que en la primavera de 2020, la Comisión Europea detallará su plan para desarrollar una agricultura y pesca más sostenible que reduzca el uso de pesticidas químicos, fertilizantes y antibióticos, favorezca una dieta más saludable y contribuya a proteger la diversidad, junto con otras iniciativas sobre gestión de agua y desechos que, entre otras muchas revisiones legislativas, complementen el plan de choque europeo contra una crisis planetaria.

El objetivo es pasar del 40% fijado actualmente para reducir emisiones hasta «al menos» un 50% y haciael 55%

«El Pacto Verde Europeo es nuestra nueva estrategia de crecimiento, una estrategia de crecimiento que aporta más de lo que quita», aseguró Von der Leyen, quien hoy expuso en el Parlamento Europeo el calendario de medidas que se ha marcado como prioridad.

La UE, dijo, quiere «hacer las cosas de modo diferente» y ser líder en energías limpias, tecnologías verdes o finanzas sostenibles «pero también tenemos que asegurar que nadie se queda atrás».

El Pacto plantea incrementar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes de la UE en 2030, pasando del 40 % fijado actualmente hasta «al menos» un 50 % y «hacia» el 55 %.

Ese esfuerzo medioambiental al término de la próxima década será un impulso intermedio para alcanzar la neutralidad climática en 2050, que supone que la UE no emita más CO2 del que sea capaz de absorber en su territorio, una meta que ya intentó amarrar en junio su antecesor, Jean-Claude Juncker, pero que se encontró con el bloqueo de Estonia, Polonia, Hungría y República Checa.

Desde entonces, Estonia se ha sumado al compromiso verde del resto de los Estados miembros y se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho intenten convencer a Varsovia, Budapest y Praga en la cumbre que se celebrará en Bruselas el jueves y el viernes para que respalden una medida que requiere unanimidad.

Sin propuestas legislativas concretas, el borrador ordena y amplía las medidas que Von der Leyen ha ido desgranando desde su confirmación al frente de la CE el pasado julio y aporta una relación de fechas sobre las que Bruselas irá articulando los múltiples ámbitos del Pacto Verde Europeo.

DINERO PARA EL CRECIMIENTO VERDE

Aunque Bruselas cuenta con que el nuevo modelo económico sostenible genere también nuevos empleos y negocios y prosperidad, el esfuerzo financiero que requiere esa conversión es titánico y solo para alcanzar el actual objetivo de reducción del 40 % de las emisiones de CO2 en 2030 se necesitan 260.000 millones de euros adicionales al año, es decir, el 1,5 % del PIB de la UE en 2018, según los cálculos de la propia Comisión.

Para no mermar la competitividad de la economía europea, la CE habilitará un Plan Europeo de Inversiones Sostenibles y un Mecanismo de Transición Justa, concebido este último para ayudar a las regiones carboneras.

Según el plan presentado por Von der Leyen, el Mecanismo de Transición tiene por objetivo movilizar en total 100.000 millones de euros para lo que contaría, por un lado, con un Fondo de Transición que se nutriría de los fondos de cohesión y regionales del presupuesto comunitario.

Por otro, tendría también apoyo del programa InvestEU, el plan de inversiones sucesor del Plan Juncker, que también sale del presupuesto de la UE, y de los recursos del Banco Europeo de Inversiones.

Además, el plan contempla modificar las reglas de ayudas de Estado para impulsar las inversiones verdes.

La Comisión, que espera que el sector privado contribuya también a financiar la transición ecológica y que los países de la UE ajusten ecológicamente sus cuentas, quiere en general que el presupuesto comunitario para 2021-2027 destine un 25 % de sus fondos a la «acción climática», así como transformar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en un «banco para el clima».

(Texto: euroefe.euractiv.es)

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