El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Páez, ha afirmado que «si las previsiones meteorológicas no cambian, tendremos una campaña de riego dura en 2020, que requerirá el esfuerzo de todos, tanto de los usuarios como de la propia Confederación».

Así lo ha trasladado en el transcurso de la primera Comisión de Desembalse de 2020 celebrada este martes 3, en la que se ha informado de la delicada situación en la que se encuentra la cuenca desde el inicio del año hidrológico, el pasado 1 de octubre.

En este sentido, la lluvia acumulada hasta el 29 de febrero ha sido de 315 l/m², lo que se traduce en un 15% menos de precipitación con respecto al valor medio de los últimos 25 años. Esta lluvia acumulada supone un 42% menos de aportaciones, puesto que estas se surten del sobrante de la pluviometría.

Desde su inicio, el año hidrológico en curso está resultando muy irregular. A pesar de las borrascas y DANAS sufridas en el país durante los meses de otoño, la cuenca solo ha recibido ciertas aportaciones que han sido significativas solo en el caso de la borrasca «Elsa», a finales de noviembre, que dejaron unas precipitaciones medias de 116 l/m² y más de 700 hm³ en los embalses del Guadalquivir. Por el contrario, enero ha sido mucho más seco y en febrero el déficit de precipitaciones con respecto a la media histórica ha sido del 98%, con tan solo 1 l/m² registrado en los últimos 29 días.

Ante estos datos, el presidente del Organismo de cuenca ha llamado al compromiso de los usuarios y del propio equipo de la CHG para «poner todos de nuestra parte. Vosotros desde el trabajo y nosotros desde la vigilancia y la rigurosidad en el empleo del recurso disponible».

En la coyuntura actual, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha informado de una previsión de desembalse para la campaña de riego 2020 de 1.000 hm³ para el Sistema de Regulación General, lo que supone un 20¿6% menos que en 2019. Asimismo, la previsión de dotación es de 3.000 m³/ha, un 44,4% menos que la pasada campaña.

Bajo este pronóstico de una campaña de riego dura, Páez ha hecho hincapié «en el control y la vigilancia que ejercerá el Organismo de cuenca del recurso, así como la cooperación con otras administraciones, con el fin de que no se produzcan acciones que favorezcan la competencia desleal en el sector, en una situación hídrica desfavorable como esta».

En la actualidad, el volumen embalsado en los 48 embalses de regulación de la cuenca asciende a 3.880 hm³ (47,8% de la capacidad total de embalse), un 13,4% menos que hace un año. A pesar de ello, está garantizado el suministro de agua para tres años respecto al abastecimiento de la población.

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