La secretaria técnica de la asociación de criadores del ibérico Aeceriber, Elena Diéguez, pide a los productores que «no se dejen llevar por la incertidumbre» generada en torno a la pandemia del coronavirus y que «aguanten si pueden» para ver «cómo evolucionan los mercados hasta otoño».

El sector del cerdo ibérico ha sido uno de los más afectados en cuanto al impacto que la covid-19 ha tenido en el consumo de ciertos alimentos dada su vinculación al canal Horeca pero Diéguez lanza un mensaje optimista porque ve «previsible» que la situación mejore «en cuatro o cinco meses», señala en una entrevista con Efeagro.

Mientras tanto, les traslada que aguanten «si la situación económica se lo permite», es decir, que sigan produciendo cerdos «como si no hubiese pasado nada».

Más allá de este ánimo, reconoce que la «incertidumbre sigue imperando» porque la situación «no está clara» a pesar de que los precios del ibérico siguen recuperándose progresivamente en las lonjas.

El sector ha sido uno de los que ha contado con el visto bueno del Gobierno para concederle ayudas dada la situación; en concreto, el Consejo de Ministros aprobó a finales de julio una ayuda global de 10 millones de euros (40 euros por animal) y hasta un máximo de 500 animales por explotación.

El objetivo es facilitar la salida de animales de las granjas con destino al sacrificio antes de alcanzar la edad y el peso que los harían válidos para ser etiquetados como ibéricos.

Para Diéguez, lo importante es ver «qué efectividad real» tienen esas ayudas.

EL GANADERO INDIVIDUAL «ESTÁ ABSOLUTAMENTE PERDIDO» ANTE LA ACTUAL SITUACIÓN DE INCERTIDUMBRE Y EL ACCESO A LAS AYUDAS

La subvención «te asegura que, una vez sacrificados los animales y con el certificado de la interprofesional Asici, el ganadero cobra el dinero pero eso no es garantía de nada» porque el productor, especialmente aquél que no está integrado, se está preguntando «a cuánto vendo ese animal, a quién o en qué plazo me lo van a pagar».

Por eso cree que el ganadero individual «está absolutamente perdido» ante esta incertidumbre mientras que el que pertenece a una integradora sí tiene más fácil poder dar salida a esos animales para fines como la exportación.

Es en las granjas de cebo donde hay un mayor nivel de integración empresarial o cooperativo dentro del ibérico lo que les permite acceder a más contactos que les faciliten la venta.

«Todo esto pone de manifiesto» que el ibérico «necesita tener una estructura diferente» y por eso aprovecha para recordar la importancia de pertenecer a modelos cooperativos ya que, «ante estas situaciones, las posibilidades son mayores».

A lo que no se ha podido acoger este sector ganadero es al almacenamiento privado que tiene que decretar la Unión Europea, como sí hizo con otros como el de ovino/caprino.

La secretaria técnica de Aeceriber entiende que las instituciones comunitarias han rechazado esta posibilidad porque «no distingue entre cerdo ibérico y blanco», es decir, lo incluyen todo bajo el concepto porcino y el de capa blanca no ha estado tan afectado por la covid-19.

Diéguez espera que la situación no repercuta en la próxima montanera porque, si ocurre, «sería un desastre» ya que el ibérico de bellota es una «tabla de salvación» que ha conseguido tener «precios sostenidos» durante los últimos años y «mejores» que el resto de categorías.

Por eso, pide poner «todos los medios» para evitarlo: «Para ello, es importante que el consumo se reactive» porque la industria comercializadora también «está muy tocada».

Aunque está afectada la industria, considera que «tiene más recursos» que los ganaderos para salvar la situación: están «más preparados económica y financieramente porque, por ejemplo, casi no tienen problemas para acceder a créditos ICO». La industria tiene «más defensa que el ganadero aunque su situación sea similar en cuanto a las perdidas», según Diéguez.

Finalmente, Diéguez remarca que los criadores de ibérico están «muy acostumbrados a sobrellevar lo mejor que pueden» situaciones «tan caóticas» como la que se está viviendo.

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