La Comisión de Sanidad y Consumo del Senado ha pedido este martes al Gobierno que impulse un etiquetado frontal de alimentos en la Unión Europea (UE) que “ponga en valor” los productos de la dieta mediterránea y aquellos con denominaciones o indicaciones geográficas protegidas. Los senadores han respaldado una propuesta transaccionada por el PP y el PSOE, , solo con la abstención de IU, en la que solicitan que el Gobierno no adopte ni regule ningún etiquetado obligatorio a escala nacional hasta que se ponga en marcha dicho sistema armonizado en la UE.

La iniciativa, aprobada por todos los grupos menos Izquierda Confederal (abstención) es el resultado de una modificación sobre una moción que inicialmente presentaron los populares, para «detener» la implantación del polémico Nutri-Score, pero este término no figura en la redacción final del acuerdo que ha salido adelante en la Cámara Alta.

Los senadores han solicitado al Gobierno “un sistema armonizado en materia de etiquetado nutricional que ponga en valor la dieta mediterránea” y además ampare los alimentos con denominaciones de origen o indicaciones geográficas protegidas.

Asimismo, han reclamado que el Ejecutivo “no regule” ningún tipo de etiquetado obligatorio nacional hasta que el sistema propuesto sea implantado en la UE, “sin perjuicio de favorecer las decisiones de alimentación más saludables y más sostenibles entre los consumidores”.

Durante el debate, la mayor parte de los senadores han expresado las reticencias que suscita el NutriScore, un sistema voluntario de etiquetado frontal de alimentos, basado en un algoritmo y que clasifica a los productos por colores y con letras (según la nota obtenida, entre rojo, naranja, amarillo y verde).

ALIMENTOS COMO LAS HAMBURGESAS TIENEN MEJOR CALIFICACIÓN QUE EL ACEITE DE OLIVA

El senador del Partido Popular Juan Vázquez ha expuesto la preocupación de muchos productores de todo el país por la puesta en marcha de ese sistema, que “califica mal” alimentos como el queso, el pescado en conserva y los jamones.

Como ejemplo, ha citado el aceite de oliva, inicialmente calificado como “poco saludable” (color rojo) y que posteriormente “se ha equiparado al aceite de colza y al de nuez” con un naranja, mientras otros productos como “hamburguesas” obtienen mejores calificaciones.

Ha subrayado que en la UE se debate en estos momentos la posibilidad de nuevo etiquetado nutricional obligatorio, en el marco de las propuestas “De la granja a la mesa”, por lo que implantar el Nutri-Score provocaría confusión en estos momentos, sin que haya “consenso académico” ni político entre los países.

En nombre del PSOE, Manuel Ángel Fernández Palomino ha celebrado el consenso entre los grupos a favor de un sistema armonizado para poner en valor la dieta mediterránea e impulsar un etiquetado frontal de alimentos en la UE.

Fernández Palomino ha añadido que el Gobierno considera también que se debe esperar a un sistema armonizado antes de imponer un régimen obligatorio.

Sin embargo, Carles Mulet, en nombre del grupo Izquierda Confederal, el único se que se ha abstenido, ha reconocido el “espíritu positivo” de Nutri-Score, y ha apuntado que organizaciones como la OCU apuestan “no por eliminarlo, sino por mejorarlo”, pero ha reconocido que genera dudas.

Por su parte, el senador del grupo mixto José Manuel Marín Gascón (Vox) ha recalcado que Nutri-Score es un “ataque frontal” a la dieta mediterránea y por ello, hay que «bloquearlo».

La senadora del Grupo Vasco Nerea Ahedo ha abogado por posponer NutriScore hasta que haya un sistema estandarizado en la UE o mantenerlo con carácter voluntario, aunque esto último es “una trampa” porque si un operador no lo implanta parece que “esconde algo”; Josep Rufá (ERC) ha pedido que el sistema sea revisado.

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