Dos millones de empleos han desaparecido de la agricultura, la ganadería y la pesca desde 1976, una pérdida que ha afectado al medio rural, que además ha quedado «al margen de la feminización y del vuelco educativo» provocando lo que ahora se llama la España Vaciada.

Así lo refleja un análisis difundido este lunes por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que toma los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) para describir la «extraordinaria caída» del empleo en el sector primario en las últimas décadas, que se ha saldado con millones de empleos que han desaparecido.

Si en 1976 había 2,6 millones de personas ocupadas en el sector y representaban más del 20 % de la ocupación total, en 1991 no llegaban a una décima parte (1,3 millones) y en 2007 cayeron a 801.000.

Desde entonces, la proporción se ha estabilizado en alrededor del 4% del total de la ocupación, con 734.000 ocupados en 2019.

Para Funcas, el medio rural ha quedado al margen de dos procesos que han caracterizado la evolución del mercado de trabajo, como son la feminización y los cambios en la educación.

Mientras que desde finales de la década de 1980 la proporción de mujeres ocupadas en los distintos sectores ha crecido con rapidez -en 2019 había 87 mujeres por cada 100 hombres-, en el sector agrario la proporción ha descendido, con 30 mujeres por cada 100 hombres en 2019, frente a las 40 mujeres por cada 100 que había en 1976.

Respecto al nivel educativo, quienes trabajan en el sector primario dedican una media de años al estudio bastante más baja, de tres años menos que los ocupados en el resto de sectores.

A juicio de la fundación, la incapacidad de las áreas rurales para alcanzar los estándares de calidad de vida, de servicios y oportunidades que ofrecen los entornos urbanos ha reforzado el modelo de hábitat de baja densidad característico de nuestro territorio.

Si la población estuviera distribuida de manera homogénea por toda España, la mitad viviría en localidades de menos de 10.000 habitantes y, sin embargo, estos municipios solo concentran el 20 % de la población, pese a suponer un 80% del territorio.

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