Tres temas y cuatro dosis de agricultura y cultura, ambas eco. Pero antes de entrar en la actualización de noviembre, un apunte-referencia que está ausente de este portal por estar presente en otro. Se trata del V Curso de Agroecología, Agricultura Urbana, Soberanía Alimentaria y Cooperación al Desarrollo Rural, que se inició en octubre en la Universitat Politécnica de València. Es la primera vez que tiene la duración de un año académico y que se hace en la UPV. Aunque en otras universidades españolas (Autónoma de Barcelona, Internacional de Jaen, Pablo de Olavide de Sevilla, de Córdoba, La Laguna, etc.) ya se desarrollan cursos sobre agricultura eco y/o agroecología, la incorporación de la UPV con un equipo de profesorado excelente, es una buena noticia. Se puede ver en Samaruc Digital.

El cupo agrícola de noviembre lo cubre Juan José Martínez Palmero, ingeniero agrónomo y enólogo, que ha puesto todo su dinero y el que le ha dejado el banco en «Terra d’Art», una bodega en el valle de Ahilla, un bello lugar de la Serranía de Valencia, y está sacando adelante unos vinos de gran calidad, algo que atestiguan algunos premios y la palabra de reputados catadores. Es una empresa familiar, en la que colaboran su hermana Casandra, y sus padres, Juan José y Amparo. Además, el vino es ecológico, aunque no está certificado por razones de expansión de las viñas de las que sale. Ahilla es una aldea dependiente del municipio de Chelva, a 80 km de Valencia, habitada por quince familias, la mitad de las cuales son labradores y la otra mitad artistas de varios países, que crean y conviven, y cada año celebran una fiesta artístico-enológica. Vease en JUAN JOSÉ MARTÍNEZ PALMERO, ENÓLOGO DE TERRA D’ART, EN AHILLAS.

Vienen después dos artículos dedicados a José Renau, fotomontador, muralista y comunista, que pasó los últimos años de su vida en Berlín, capital de la República Democrática Alemana. Allí trabajó con energía y entusiasmo en la creación de fotomontajes y murales de exaltación del socialismo y condena del capitalismo.

Esta definición parece situarle en la nómina de los creadores propagandistas, algo que a él no le molestaría, pero que no concuerda ni con su vida ni con sus creaciones, de una frescura y una libertad que le costó más de un disgusto con el régimen de Pankow. El mural que creó para un centro cultural de la ciudad de Erturt fue desmontado hace años, y ahora, gracias a la intervención de la fundación Wüstenrot, será recolocado. Véase en UN MURAL DE RENAU EN ERFURT, RECONSTRUIDO POR LA FUNDACIÓN WÜSTENROT.

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