Varios cientos de agricultores convocados por las principales organizaciones agrarias en Castilla y León se han manifestado este lunes 17 junto a la planta de biocarburante de Babilafuente (Salamanca) para pedir medidas que garanticen la supervivencia del cultivo cerealista de secano.

«Los costes de producción están disparados y estamos amenazados con más subidas de costes de los abonos, producimos por debajo de los costes. Si la Administración nacional y la autonómica no hacen un plan para salvar al sector, los agricultores de cereal de secano van a quedar abandonados y sólo se van a cultivar regadíos y, es triste decirlo, se van a cerrar los pueblos», ha dicho a la prensa el secretario general de UPA de Castilla y León, Aurelio González.

Antes de las 11 horas, los tractores ya habían bloqueado los accesos a la planta, en una protesta que se ha desarrollado sin incidentes de seguridad ciudadana u orden público, según ha indicado la Subdelegación del Gobierno en Salamanca.

«LAS EXPLOTACIONES ESTÁN EN PELIGRO DE DESAPARECER» Y HA SEÑALADO QUE EL ACUERDO UE-MERCOSUR SÓLO EMPEORARÁ LA SITUACIÓN DEL SECTOR”

«Estamos aquí como icono de una empresa transformadora de cereal que por su rentabilidad podría tirar del precio del cereal hacia arriba. Nuestra reivindicación principal son los bajos precios de venta y los altos costes de producción, que hacen que, aún en años buenos como el que hemos tenido salvo en algunas zonas, la rentabilidad sea baja o totalmente en quiebra», ha explicado el presidente de Asaja de Castilla y León, Donaciano Dujo.

Por su parte, el coordinador general de COAG de Castilla y León, Lorenzo Rivera, ha advertido de que «las explotaciones están en peligro de desaparecer» y ha señalado que el acuerdo UE-Mercosur sólo empeorará la situación del sector en la comunidad y en España y con ellos la supervivencia del cultivo cerealista de secano.

Esta convocatoria ha sido la tercera de la última campaña de protestas de las organizaciones agrarias de Castilla y León, tras la celebrada en octubre frente a la Delegación del Gobierno (Valladolid) y en noviembre en Harinera Vilafranquina y Octaviano Palomo (Arévalo).

Los productores de cereal denuncian así la crisis económica que sufre el sector por los bajos precios y los altos costes de producción, situación que consideran que se agravará a consecuencia del acuerdo UE-Mercosur, los aranceles a las importaciones de fertilizantes de Rusia y Bielorrusia y las posibles guerras arancelarias derivadas de la política económica del nuevo Gobierno de Estados Unidos con Donald Trump.

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