Asaja Ciudad Real ha advertido de la nueva problemática a la que se enfrentan los ganaderos de ovino de la provincia y pide a la Administración que actúe pronto y active un sistema de retirada de la lana de las explotaciones por los graves inconvenientes de bioseguridad que puede ocasionar.

La organización recuerda que se está en plena época de esquileo, «pero no hay manera de que la lana salga de las explotaciones. Desde hace unos años a esta parte ha ido perdiendo valor». Ya el año pasado, según trasladan los ganaderos de la provincia a la organización agraria, la entregaron gratuitamente para que se la pudieran retirar de la explotación. Este año ni siquiera así pueden desprenderse de ella. Logísticamente es un asunto difícil de abordar por el gran espacio que ocupa, pero es sobre todo una cuestión de bioseguridad de las explotaciones ganaderas.

Después de los últimos episodios de enfermedades sanitarias sufridos por los ganaderos de nuestra región (como la viruela ovina y caprina, la EHE y la tuberculosis) lo último que quieren es acumular la lana de las ovejas por ser un foco de infecciones. Está prohibido enterrarla y su biodegradación es muy complicada. Por eso Asaja Ciudad Real urge a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para que actúe pronto y ayude a los ganaderos con alguna solución ante esta nueva problemática a la que se enfrentan.

Desde la organización provincial agraria recuerdan que la Administración tiene convenios con empresas que podrían encargarse de retirar la lana de las explotaciones, como las que se llevan y destruyen los animales muertos de las fincas ganaderas. ASAJA pide a la Consejería “que busque alternativas al grave problema de la lana y que nos sean los ganaderos, una vez más, los que tengan que pagar las consecuencias de esta situación”.

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