La falta de un modelo de agricultura en España ha hecho vulnerable a un sistema productivo que constantemente sufre ataques. El aumento de los costes de producción y el desequilibrio en la cadena agroalimentaria, la reforma de la PAC o las políticas conservacionistas son algunos de los motivos que están poniendo en riesgo el futuro de la agricultura y la ganadería de la región. Así lo ha explicado el secretario general de ASAJA Castilla-La Mancha, José María Fresneda, tras celebrar en Albacete la Sectorial de Cereales, Oleaginosas y Proteaginosas (COP), donde ha asegurado que “necesitamos aquí, como tienen otros países, un modelo de agricultura capaz de garantizar el abastecimiento y la alimentación”, criticando “la inacción de la clase política” que permite que “los productores vivan en la incertidumbre, cosa que no ocurre con el resto de la cadena”.

La Sectorial, que ha analizado el incremento de los costes de producción, ha asegurado que el aumento de los precios de las materias primas como los fertilizantes, la luz o los combustibles como el gasóleo, están agravando la situación de las explotaciones agrarias.

A PESAR DE LA IMPORTANCIA DE LOS CEREALES, LA REFORMA DE LA PAC Y LAS POLÍTICAS MEDIOAMBIENTALISTAS “SON UNA INVITACIÓN A LA NO PRODUCCIÓN”

En este sentido, el vicepresidente de ASAJA CLM, Jorge Navarro, ha advertido que, “se está poniendo en riesgo el abastecimiento de suministros y, un país que abandona al sistema productivo y al sector energético acaba pasando necesidad”.

“Sin nos centramos en las explotaciones cerealistas, además, hay que sumar los altibajos que provocan en el sector las grandes bolsas internacionales y la inversión con carácter especulativo de los mercados de futuros”, ha asegurado Navarro.

Fresneda ha explicado también que los cereales, oleaginosas y proteaginosas son cultivos muy necesarios, “están presentes en el 80 por ciento de los alimentos que encontramos en los lineales de los supermercados, además del aumento de la demanda a nivel internacional como consecuencia del crecimiento de la población”.

Y, a pesar de la importancia de los cereales, factores como la reforma de la PAC y las políticas medioambientalistas “son una invitación a la no producción” que está provocando la pérdida de la soberanía alimentaria y generando una mayor dependencia de las importaciones de terceros países.

Por ello, ha pedido “la complicidad de los consumidores”, porque, junto con los agricultores y ganaderos, son los que pagarán las consecuencias de esta crisis. “Hay que tomarnos muy en serio la trazabilidad de los alimentos, conocer su origen y sus métodos de producción, y evitar la competencia desleal exigiendo lo mismo a los productos que entran de fuera” en referencia a las normativas de protección del medioambiente, bienestar animal y seguridad alimentara.

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