COMUNIDAD DE MADRID.-El Gobierno regional, junto con la Denominación de Origen Vinos de Madrid, ha promovido la primera certificación del balance de CO2 de un producto en la Comunidad. Gracias a esta iniciativa pionera, el Ejecutivo autonómico promueve la sostenibilidad del sector vitivinícola madrileño reduciendo las emisiones en la producción del vino, y al mismo tiempo facilita productos responsables a los consumidores en colaboración con la industria agraria.

Una de las bodegas de la Denominación de Origen madrileña, Bodegas Gosálbez-Orti, se ha convertido en la primera empresa vitivinícola de la Comunidad en certificar con AENOR la huella de carbono de uno de sus productos, el tinto joven Qubél Revelación 2009, gracias a una iniciativa del Consejo Regulador de la D.O. Vinos de Madrid promovida por la Comunidad.

El proyecto consistió en un estudio realizado por una consultora especializada en eficiencia energética y proyectos de emisiones de carbono para determinar el impacto real que tiene la producción y distribución de este vino sobre la atmósfera y el medio ambiente.

Sobre estos datos, se calcularon las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero abarcando todo el ciclo de vida del producto: desde la obtención de materias primas, pasando por la elaboración del vino, su transporte y distribución, su uso o consumo, y el fin de vida del vino. Una vez realizado el estudio, se han propuesto una serie de medidas reductoras de las emisiones en esta bodega, y ya se han empezado a implantar en sus instalaciones algunas de las soluciones detectadas.

Este proyecto piloto supone el primer paso para promover la misma certificación en otras referencias vitivinícolas madrileñas e impulsar otras medidas en el marco de la estrategia para la lucha contra el cambio climático. De esta forma se mantiene y multiplica el compromiso de la Denominación de Origen Vinos de Madrid con la sostenibilidad y el medio ambiente, y al mismo tiempo se satisfacen las demandas de los consumidores.

Cálculo de la huella de carbono
El cálculo de la huella de carbono es un requisito exigido en diferentes países para la importación de determinados productos. Se trata del conjunto de gases de efecto invernadero que se han emitido durante las distintas fases del ciclo de vida del producto, medidos en unidades de dióxido de carbono (CO2).

El objetivo de este dato es cuantificar de una manera acreditada el CO2 emitido a la atmósfera y establecer con garantías los procedimientos más adecuados para reducir y compensar esas emisiones en las futuras añadas. La determinación de la huella de carbono permite identificar oportunidades de ahorro energético y por ende, económico, consecuencia de un mejor conocimiento de las fuentes emisoras y las posibilidades de reducción de emisiones.

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