La creación de nuevas variedades de olivar es uno de los principales objetivos de LIFE Resilience, un proyecto que surge en 2017 con la idea de estudiar y plantar cara a la Xylella fastidiosa, una bacteria que amenaza con llevarse por delante a cultivos como el olivo o el almendro, principalmente.

La Xylella fastidiosa se transmite a través de un «vector» y es responsable de varias enfermedades con efectos graves en numerosas especies de interés agrícola, hasta el punto de provocar el «secado» o incluso la «muerte» de la planta, según ha explicado a Efe la responsable de LIFE Resilience, Teresa Carrillo.

Aunque la enfermedad se detectó en Brasil y Estados Unidos hace años, no fue hasta 2013 cuando se hicieron «las primeras identificaciones» en Europa, concretamente en Italia, y de ahí hasta 2016 en Francia y luego en España, infectando a más de un millón de olivos en todo el continente desde entonces.

Actualmente, la Xylella «se ha frenado muchísimo», asegura Carrillo, si bien sigue amenazando a «uno de los principales cultivos» europeos, como es el caso del olivar, de ahí la importancia de «crear herramientas que eviten su propagación».

El proyecto surge en 2017, cuando «ya se empieza a conocer lo que era la Xylella» gracias a estudios científicos y universitarios que habían avanzado en la «transmisión» mediante un insecto vector, si bien la información «no llegaba al sector» afectado.

DOS OBJETIVOS CLAROS: LA «CREACIÓN DE NUEVAS VARIANTES RESISTENTES A LA BACTERIA» Y CREAR UN «MANUAL DE BUENAS PRÁCTICAS» QUE EVITE O PREVENGA LA INFECCIÓN

Liderado por la empresa Galpagro, el proyecto cuenta con la participación de la Universidad de Córdoba, Agrifood Comunicación, Greenfield by Agrodrone, ASAJA Nacional, Nutriprado, SAHC-Sociedad Agrícola de Herdade do Charqueirao, S.A.; Gruppo Salov y el Istituto per la Valorizzazione del Legno e delle Specie Arboree (IVALSA), perteneciente al Consiglio Nazionale Delle Ricerche de Italia.

Nueve socios de Italia, España y Portugal que se han unido para combatir esta enfermedad y garantizar el futuro de cultivos esenciales para la economía de sus respectivos países y que tienen dos objetivos claros, la «creación de nuevas variantes resistentes a la bacteria» y la puesta en marcha de un «manual de buenas prácticas» que evite o prevenga la infección.

El proyecto, que encara su fase final con la evaluación de resultados, ha usado un millar de genotipos de los que se han seleccionado «veinte que son tolerantes a la Xylella y que tienen características agronómicas bastantes óptimas», ha resaltado Carrillo.

El siguiente paso para plantar cara a la bacteria será la siembra en las tres fincas experimentales con las que cuenta el proyecto, primero en Italia y posteriormente en España y Portugal, y evaluar los resultados, aunque «ya es un éxito» el hecho de contar con esas nuevas variedades de olivar que hagan frente a la enfermedad.

Por el momento, en España, la Xylella se ha detectado en Baleares, la zona más afectada al estar presente en todas las islas excepto en Formentera, Alicante, donde se ha detectado en algunos almendros, así como Madrid y Andalucía.

Por otro lado, LIFE Resilience se complementa con la «guía de buenas prácticas» que permita a los agricultores «adaptarse a las nuevas exigencias de la agricultura moderna» y cumplir con los retos impulsados por la ONU encaminados a garantizar «modalidades de consumo y producción sostenibles, erradicar la pobreza y proteger el planeta».

Aspectos como el uso sostenible del agua, el cuidado de los suelos, mitigar los efectos del cambio climático o el tratamiento de insectos o depredadores formas parte de esta guía que es «extrapolable a cualquier cultivo» y que ya está implantada en la mayoría de las explotaciones españolas.

El proyecto para plantar cara a la xylella ya encara su «recta final» con la evaluación de resultados que serán expuestos en una reunión pública a mitad de este mismo año y que dará paso a un «posproyecto» en el que se haga un seguimiento de las nuevas variedades creadas y plantas en las principales zonas de afectación.

El modelo usado podría ser aplicado a otros cultivos «como la vid», pero mientras tanto son estos olivos de nueva generación mediante modificación genética los que serán la primera línea de batalla contra la Xylella fastidiosa en Europa.

(Texto: Luis Ortega / Efeagro)

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