España envejece; no es una novedad y los demógrafos y economistas llevan tiempo anunciando sus repercusiones. Ni España es una excepción en el entorno europeo, ni el sector agrario se libra de sufrirlo. Es más, según todas las estadísticas disponibles al respecto, en las zonas rurales el proceso de envejecimiento es mucho más intenso y en el sector agrario (principalmente presente en dichas zonas) es donde antes se está materializando el cambio, según recoge un estudio de cajamar.es.

Aparte de las repercusiones que sobre los sistemas de bienestar de los Estados tiene el proceso, en las zonas rurales, además, nos encontramos con un problema agravado por el abandono de los núcleos de población. Las mayores posibilidades de los centros urbanos para el desarrollo educativo y profesional seducen a muchos jóvenes, que terminar emingrando a esos entornos más dinámicos. Por otra parte, el aumento paulatino de la dimensión de las explotaciones (ver Agronota Informativa 05/2018), junto con la inversión en mecanización y modernización está permitiendo aumentar la productividad de muchas explotaciones, compensando la menor disponibilidad de mano de obra.

La cuestión es que, como se puede ver en el gráfico primero, la edad media de las personas ocupadas en el sector primario es superior a la del conjunto de los trabajadores del país, si bien es cierto que esta diferencia se ha ido suavizando a lo largo del tiempo hasta culminar en 2017 con apenas un año entre ambos conjuntos (como ya hemos comentado, el envejecimiento es un problema general).

El fenómeno se intensifica si lo que tenemos en cuenta es a los titulares y a los jefes de explotación. En ellos también hay un claro proceso de envejecimiento entre 2003 y 2016. Sin embargo, lo más llamativo es que dicho envejecimiento no es homogéneo. Este tiene una clara relación inversa con la dimensión de las explotaciones, de forma que son las más grandes las que cuentan con titulares y jefes menos envejecidos lo que es probable que termine jugando a favor de estas últimas y de su capacidad de supervivencia.

 

(Fuente y gráficos: Cajamar.es, EPA y Encuesta sobre la estructura de las explotaciones)

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