Un agricultor holandés tiró a principios de semana un millón de pimientos (200.000 kilos) al campo, porque tenían manchas en la piel debidas al calor del verano. La hortaliza, plantada en invernadero, era comestible y no presentaba riesgos para la salud, pero su aspecto no resultaba atractivo. Según Erik Gubbels, el dueño de la cosecha, “eran invendibles”, y los dejó en uno de sus terrenos como compost. Perdió así 70.000 euros pero se ha ganado una polémica en toda Europa sobre el desperdicio de alimentos, ya que los pimientos eran comestibles, pero también sobre las normas de la CE para comercializar los alimentos.

El colectivo Kromkommer, que utiliza como imagen un pepino curvo alusivo a su nombre en neerlandés, publicó una imagen de la montaña de pimientos que se hizo rápidamente viral. El cargamento de pimientos desechados ha sido fotografiado en Baarlo, al sureste del país, donde Gubbels asegura que las altas temperaturas han marcado también la cosecha de pepinos y tomates de invernadero, según publica uptv.es.

Las normas de comercialización impuestas por la CE también están detrás de este suceso

Las redes sociales se han llenado de mensajes de sorpresa e incredulidad, porque el valor nutricional estaba intacto. “Un 30% de nuestra comida se tira a la basura, la mayoría fruta y verdura, mientras hay sitios donde pasan hambre. Y casi la mitad de esos alimentos, sanos y ricos, no llegan a la mesa”, señala Kromkommer. Muchos de los mensajes colgados en Internet aludían al error de pensar que solo pueden comprarse productos bonitos.

El agricultor holandés se ha excusado señalando que “el pasado verano las condiciones no fueron buenas y los pimientos tienen nariz, manchas de gotas, zonas quemadas y aguantan menos tiempo en buenas condiciones. No entraban siquiera en la Categoría 2, donde caben ciertas malformaciones o defectos de desarrollo”. Se refiere a las normas de calidad impuestas por la Comisión Europea para comercializar frutas y hortalizas, que obligan a mantener un tamaño y color concretos, según ha asegurado el agricultor holandés.

Así, para los pimientos dulces como los que apartó, se exige “buena calidad con las características de desarrollo propias de su madurez el pedúnculo podrá hallarse ligeramente dañado o cortado siempre que el cáliz esté intacto”. La categoría 2 admite “malformaciones y defectos de desarrollo, quemaduras de sol o heridas leves cicatrizadas que no tengan más de dos centímetros de longitud  en el caso de los defectos de forma alargada  o de un centímetro cuadrado de superficie total, cuando se trate de otros defectos ligeras grietas secas y superficiales que no tengan, sumadas, más de tres centímetros de longitud los pimientos podrán hallarse menos firmes que los de la categoría 1, pero no marchitos el pedúnculo podrá estar dañado o cortado”, según la relación de las reglas comunitarias.

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