El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que impondrá nuevos aranceles por valor de 2.400 millones de dólares de hasta el 100% del valor de ciertos productos franceses, incluyendo quesos y vino espumoso, como respuesta a la imposición de una tasa del Ejecutivo de Emmanuel Macron sobre los ingresos de los servicios digitales de grandes tecnológicas de EEUU, como Google y Facebook, la misma medida que quiere imponer España, que podría ser la próxima en sufrir esta medida.

«La acción propuesta por USTR incluye aranceles adicionales de hasta el 100% sobre ciertos productos franceses», señaló en un comunicado la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés). Estas medidas se suman a las ya impuestas a Europa por el caso Airbus.

Según el anuncio, la lista de productos franceses sujetos a estos gravámenes incluye 63 categorías diferentes con un valor comercial aproximado de 2.400 millones de dólares.

En ese listado se encuentran productos como varios tipos de quesos, bolsos, vino espumoso y varios productos de maquillaje. «La decisión de USTR de hoy envía una señal clara de que Estados Unidos tomará medidas contra los regímenes fiscales digitales que discriminan o imponen cargas indebidas a las empresas estadounidenses», advirtió el responsable de Comercio Exterior de EEUU, Robert Lighthizer.

Esta medida del Gobierno de Donald Trump llega meses después de que Francia promulgara oficialmente en julio la conocida como tasa GAFA (por Google, Apple, Facebook y Amazon), que fija la imposición del 3% sobre la facturación del negocio digital de esas empresas para obligarlas a pagar impuestos en Francia por los beneficios que obtienen gracias a los internautas franceses. El impuesto francés afecta a las compañías cuyos ingresos anuales superan los 750 millones de euros a nivel mundial, de forma que unas 30 empresas podrían verse afectadas, la mayoría estadounidenses, aunque la lista también incluye firmas chinas, británicas y alemanas.

Después de que entrase en vigor, la USTR, la agencia de EEUU responsable de la política comercial exterior, anunció el inicio de una investigación contra Francia por su tasa a las tecnológicas, al considerar que se dirigía «injustamente» contra los gigantes estadounidenses. De hecho, la Oficina del Representante de Comercio Exterior, que depende de la Casa Blanca, abrió la investigación amparándose en la misma cláusula legal que llevó a la guerra arancelaria entre Washington y Pekín.

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