Las condiciones climatológicas han lastrado la campaña de la miel de este año, cuya producción ha sido un 10 por ciento inferior a la de 2019, lo que supone alcanzar solo un 30 por ciento de lo que se consideran las cifras anuales medias. El clima no ha acompañado, tanto en lo relativo a las mieles de primavera en la comunidad como a las obtenidas en la trashumancia que se realiza principalmente a Castilla y León, ha explicado a Efeagro el presidente de la sectorial de Apicultura de Asaja Extremadura, Paulino Marcos.

Tras los datos negativos obtenidos en cuanto a la miel clara extremeña de primavera, el sector esperaba mejores cifras en verano, pues las colmenas se dirigían a la trashumancia en condiciones muy óptimas. Sin embargo, y pese al buen clima de julio, el elevado calor experimentado en agosto en zonas que habitualmente poseen un “microclima” muy positivo para las colmenas ha lastrado estas esperanzas.

Según ha explicado Marcos, las colmenas destinadas a girasol se han comportado mejor, pero las ubicadas para robles, castaños y encinas han obtenido cifras “catastróficas”.

“El tiempo ha sido seco y las temperaturas asfixiantes, lo que ha sido muy negativo”, ha lamentado. En su opinión, este escenario es una nueva demostración del daño que deja en la Península Ibérica la progresiva subida de las temperaturas, cambios climáticos que el sector atisba cada vez más.

En el caso de la trashumancia supone además “mucho esfuerzo y costes desplazar las colmenas a las distintas provincias castellanoleonesas, controlarlas todo el verano y regresar de nuevo a la comunidad”, por lo que la incidencia de estos datos es “muy negativa”.

Ante este escenario de estar por debajo de las cifras anuales medias, Marcos confía en una subida de los precios, en consonancia con lo que suele ocurrir tras campañas con poca producción . El sector espera también que llegue de forma definitiva e inminente el etiquetado con la procedencia exacta de la miel, para que la competencia de países mucho más baratos no frene estos repuntes de precios.

Los datos de producción llegan además en un entorno de menos ventas a causa del coronavirus, que ha afectado por ejemplo a las compras de miel que se ofertan en tiendas de “delicatessen” destinadas al turismo.

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