La ministra  de Agricultura y Pesca, Alimentacion y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina,  ha subrayado este martes 19 que la Política Agrícola Común debe seguir siendo el pilar imprescindible para una Europa fuerte y competitiva, ha rechazado la nacionalización de los pagos y reclama un presupuesto europeo “a la altura de nuestras ambiciones». Así lo ha afirmado en la Conferencia sobre el futuro de la PAC que, organizada por el ministro de Agricultura y Alimentación de Francia, Stéphane Travert, se celebra hoy en París, pocos días después de la presentación de la Comunicación de la de la Comisión sobre “El futuro de la alimentación y la agricultura”.

En su intervención la ministra ha abordado uno de los temas más controvertidos de la Comunicación de la Comisión, como es el nuevo modelo de aplicación de la PAC. En concreto ha hecho referencia a la propuesta de devolver a los Estados miembros muy buena parte del proceso de la toma de decisiones, de forma que se puedan tomar caminos distintos para lograr los mismos objetivos.

Tejerina ha avisado sobre el riesgo que existe de que la naturaleza común de la PAC se vaya perdiendo si no hay un presupuesto europeo adecuado

A este respecto y en relación con la financiación de la PAC, García Tejerina ha defendido un presupuesto “a la altura de las ambiciones que tenemos”, recordando que en la próxima década los agricultores deberán transformar la agricultura hacia modelos de producción más sostenibles, con cambios profundos  en la manera de producir los alimentos.  Unos cambios, ha matizado, que no podrán producir sin los apoyos necesarios. También ha mostrado su oposición  a la cofinanciación de los gastos por parte de los Estados miembros  bajo el pretexto de haber elegido caminos diferentes.

Por otra parte, y en relación con el Mercado Único García Tejerina ha avisado sobre el riesgo que existe de que la naturaleza común de la PAC se vaya perdiendo si no hay un presupuesto adecuado y que, a medida que los caminos comiencen a separarse, puedan surgir tensiones proteccionistas entre Estados miembros, socavando con ello el funcionamiento de ese Mercado Único.

Por ello ha señalado que el efecto combinado de una reducción del presupuesto, el recurso a la cofinanciación y la devolución a los Estados miembros de buena parte del proceso de toma de decisiones, no será positivo ni para el conjunto de Europa, ni para el futuro de Europa. Afortunadamente, ha añadido,  estamos todavía a tiempo de acercar posturas y tomar decisiones con perspectiva.

En cuanto a la complejidad de la PAC, la ministra ha subrayado que si bien es cierto que las ayudas de la PAC en ocasiones son complejas, los agricultores y ganaderos pueden acceder a ellas todos los años en las mismas fechas, y reciben sus pagos con regularidad en las mismas fechas y bajo criterios de elegibilidad comparables.

Defiende los pagos directos y destaca la política nacional de gestión de riegos

Cara al futuro y en el aspecto concreto de los pagos directos, la ministra ha señalado que deberán seguir jugando un papel importante en el mantenimiento y la estabilización de la renta de los agricultores. Para ello ha apostado por focalizar mejor estos pagos en los agricultores que desempeñan una verdadera actividad agraria, tal como se ha venido haciendo en los últimos años, aplicando la figura del “agricultor activo”.

Igualmente ha incidido en la contribución de estos pagos directos a la consecución de los objetivos climáticos y medioambientales  a través de la condicionalidad, el greening y las medidas agroambientales y climáticas del segundo pilar.

Por ello ha abogado por definir una nueva línea de base y establecer incentivos adicionales para aquellos agricultores que quieran llegar más lejos, con prácticas agrícolas y ganaderas que proporcionen mayores beneficios climáticos y medioambientales.

En materia de gestión de riesgos, García Tejerina, ha recordado que durante estos años, han sido varias las crisis que han afectado a los sectores agrícolas en la mayoría de los países de Europa, como los problemas del sector lácteo o los derivados del veto ruso, lo que precisa de herramientas para gestionar los riesgos inherentes a la actividad agraria.

Frente a estos acontecimientos, si bien ha resaltado la importancia que tiene en España el seguro de cosechas, ampliamente extendido, con el que se cubren los riesgos meteorológicos y las catástrofes naturales, ha apuntado la necesidad de completar esa herramienta con otras que cubran los riesgos derivados de la volatilidad de los mercados.

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