La poda debe ser barata, fácil y que dé producción. Bajo estas tres premisas, Antonio Poblador (El vivero de Abel, Caspe, Zaragoza) ha desarrollado su método de poda mecanizada, que inició en el almendro hace 25 años y que aplica también en el pistacho desde hace 10 años.

Reconoce en conversación con PistachoPRO que su modelo es controvertido porque rompe con la poda tradicional, pero insiste en que es el resultado de muchos años de ensayo para idear un sistema fácil, económico y que solucione la falta de mano de obra, «por eso a muchos productores no les va a quedar otro remedio que mecanizar la poda».

«Estoy ilusionado porque esto lo hemos ganado a pulso en contra de mucha gente influyente en el mundo de los frutales. Lo que pasa es que este método lo ha inventado un viverista de pueblo y no un centro oficial», afirma.

Cualquiera sabe trabajar un árbol con esta poda que es válida para 1 ó para 5.000 hectáreas, señala. «Llevamos desde el año 50 explicando la poda de las 3 ramas principales para abrir el centro y todavía hoy, tres expertos delante de un árbol no se ponen de acuerdo», critica. En su opinión, el argumento de abrir el centro sirve para frutales donde quieres conseguir piezas de más tamaño, color y sabor, «pero eso no tiene sentido en frutos secos».

En cambio, la poda aragonesa «no piensa» en ramas principales si no que busca que, en general, exista la mayor cantidad de ramas posible y, sobre todo, con más hojas, «que son el motor de desarrollo gracias a la fotosíntesis».

En la poda aragonesa, en principio, los tres primeros años se hacen manual. El árbol se despunta a 1 metro de altura. Se eliminan las ramificaciones por debajo de 80 cm y, lo que va a ser la copa, se despuntan todas las ramas (sin eliminar ninguna) a 20 cm. En el segundo invierno se despuntan de nuevo todas las ramas a 30 cm por encima de 4 yemas vegetativas. En el tercer invierno se vuelve a despuntar por encima de 4 yemas vegetativas, las más cercanas a las yemas de flor (esto puede ser entre 40-60 cm).

En el cuarto invierno comienza la poda mecanizada con sierra de tractor o discos. El objetivo es siempre el mismo, podar por encima de 4 yemas vegetativas a partir de la última yema de flor. La forma del árbol será hexagonal, con un «tejado» a dos aguas en la parte superior y los laterales también inclinados (más estrechos arriba, más anchos abajo) para facilitar la entrada de la luz.

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