Comercialización estabilizada, pero con poco aceite de oliva disponible. El mes de enero de 2023 ha demostrado dos realidades confluyentes. Por un lado, que ya se puede asegurar que nos encontramos ante la peor campaña de aceite de oliva del siglo. Por otro, que la comercialización se estabiliza entorno a las 90.000 toneladas de aceite (incluyendo las importaciones), a pesar de los altos precios para el consumidor en los lineales.

De ahí que el responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA y secretario general de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, afirme que se está ante una campaña «complicada y muy influenciada por la baja producción, porque no superaremos las 700.000 toneladas de aceite de oliva. Una cantidad que nos hace asegurar, sin lugar a equivocarnos, que estamos ante la peor campaña del siglo”.

HA HABIDO CERCA DE 200.000 HECTÁREAS NUEVAS EN DIEZ AÑOS QUE NO HAN SIGNIFICADO UN AUMENTO PRODUCTIVO SI LA CAMPAÑA HUBIERA SIDO NORMAL

Y esta afirmación se refleja en los datos del Ministerio de Agricultura. No es la peor campaña en cuanto a producción, porque en la 2012/2013 se produjeron 618.000 toneladas de aceite de oliva, menos que en la 2022/2023, pero sí es la peor si tiene en cuenta el incremento de superficie productiva en la última década, cuando se ha pasado de 2.268.000 hectáreas en 2012 a 2.456.000 en 2022.

“Son cerca de 200.000 hectáreas nuevas en diez años que no han significado un aumento productivo como tendría que haber ocurrido si la campaña hubiera sido normal y no hubiera estado condicionada por la fuerte sequía que sufrimos”, argumenta Cristóbal Cano.

Eso sí, lo que también demuestran los datos hechos públicos por la AICA es que la comercialización se estabiliza pese a “aquellos que, intencionadamente insisten en afirmar que no se vende aceite de oliva porque los precios para el consumidor están muy altos. Nada más lejos de la realidad. En los cuatro meses que llevamos de campaña se han comercializado ya 420.000 toneladas, lo que supone una media de 105.000 toneladas mensuales. Eso demuestra la baja producción en España y que dependemos de terceros países, puesto que casi la mitad de lo que vendemos procede de las importaciones”, concreta el secretario general de UPA Andalucía.

«No llegaremos a las 700.000 toneladas y si lo hacemos será por muy poquito. Esta bajísima producción supone que, a pesar de que la comercialización se ha estabilizado, no alcanzaremos un volumen disponible superior a 1.200.000 toneladas, sumando importaciones, enlace y producción final. Un dato que, no por ser esperado deja de ser preocupante y confirma nuestras malas previsiones», explica Cristóbal Cano.

Febrero de 2023 entra con unas existencias totales de aceite de oliva de 760.312 toneladas, que se reparten en 490.580 toneladas en poder de las cooperativas y almazaras; 259.827 toneladas en manos de los envasadores y 9.905 toneladas en el Patrimonio Comunal Olivarero. «El consumo está garantizado. Hay aceite suficiente disponible para garantizar el abastecimiento. Y el precio se encuentra, en la actualidad, estabilizado en unos niveles satisfactorios para el olivar tradicional», concluye el secretario general de UPA Andalucía.

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