La denominación de origen señala que el control de calidad de estos vinos seguirá un chequeo doble, primero del vino base y después del espumoso propiamente dicho, a cargo de un panel de cata compuesto por 48 entendidos.

   Las bodegas estarán obligadas a señalar en las etiquetas la calidad y el tipo de espumoso de que se trata -desde brut para el elaborado sin azúcar hasta la modalidad dulce-, pero no la añada ni la variedad de uva usada, que deberá ser una de las autorizadas por la denominación de origen.

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