La Federación Española de la Dehesa (Fedehesa) y la Asociación de Gestores de Dehesas de Extremadura (AGEDREX) han valorado positivamente la aprobación y publicación del decreto de ayudas a la regeneración de terrenos adehesados.

La Junta de Extremadura ha publicado esta semana el decreto que regula el régimen de subvenciones destinadas a apoyar la regeneración de terrenos adehesados mediante inversiones que permitan reforzar el sistema de dehesa de alto valor natural de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Esta medida para cuya convocatoria se prevé una dotación económica de ocho millones de euros, tiene como finalidad impulsar el desarrollo sostenible de uno de los sistemas característicos de la comunidad autónoma.

«el apoyo representa para los propietarios la realización de actividades de manejo en sus fincas»

Desde la Federación Española de la Dehesa se ha valorado muy positivamente todo ello, destacando la importancia de estas ayudas «para la dehesa extremeña, para su mantenimiento y mejora, puesto que se encuentra en un alto grado de envejecimiento y es necesaria su continua regeneración», indicaba la Presidenta de la Federación, María Pía Sánchez Fernández.

En esa misma línea se han expresado desde la Asociación de Gestores de Dehesas de Extremadura, su Presidente Demetrio Cáceres Murillo, ha valorado de manera positiva y necesaria esta convocatoria “tanto por el apoyo que significa a los propietarios para la realización de actividades de manejo en sus fincas, como por los numerosos puestos de trabajo que las labores que han de realizarse van a generar”.

Por su parte el Director Ejecutivo de la Asociación, Raúl Cabello Bravo, ha afirmado que invertir en este ecosistema es apostar por el futuro, «ya que las dehesas son un activo que hay que preservar y mejorar continuamente, siendo un patrimonio extremeño y español que debe estar a la cabeza de las prioridades de la administración pública». Cabello ha incidido en la necesidad de que los gobiernos autonómicos y estatal destinen recursos a la dehesa por su gran faceta socioeconómica, puesto que es el “sustento de numerosos pueblos y regiones, fijando población y generando empleo y riqueza”.

El director ejecutivo señalaba que este ecosistema agrosilvopastoral y ganadero «es un escenario clave para el desarrollo de numerosas actuaciones de sectores punteros de la región extremeña, de ahí la necesidad de mejorar su rentabilidad, haciéndola sostenible económicamente, a la vez que se debe trabajar en su regeneración». Para ello, aboga por analizar y elaborar un plan integral de la dehesa en su conjunto, que coordine y analice en profundidad las posibilidades y recomendaciones que pueden realizarse con la mayor eficacia y eficiencia, dando respuesta a los distintos retos presentes y futuros a los que debe hacer frente este singular ecosistema español.

Desde la Asociación de Gestores de la Dehesa (AGEDREX) se aboga por el desarrollo de planes de mejora y gestión individualizada con mecanismos concretos que persigan objetivos definidos y compromisos a medio y largo plazo teniendo como fin la rentabilidad económica, medioambiental, y social de estos ecosistemas únicos. La Asociación de Gestores de la Dehesa es miembro participante del grupo operativo «Repoblex», centrado en el estudio y  desarrollo de buenas prácticas y TICs para optimizar los aprovechamientos de las repoblaciones de encina y alcornoque, tan necesarias para el mantenimiento y conservación de la dehesa extremeña.

Consideraciones importantes para mejorar la Dehesaen el Parlamento Europeo

Ambas organizaciones han mostrado su satisfacción porque la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo haya aprobado recientemente la inclusión de los pastos mediterráneos dentro de la definición de pastos permanentes, reconociendo a la Dehesa como superficie de pasto permanente, lo que sin duda ayudará a este ecosistema en la percepción de ayudas comunitarias, dejando de ser injustamente penalizados en sus solicitudes de PAC los productores que tienen dehesa.

En base a todo ello estas entidades han argumentado una serie de consideraciones necesarias que la administración estatal y autonómica deben tener en cuenta al poner en marcha medidas de apoyo como es que las dehesas son fundamentalmente sistemas ganaderos (exceptuando las fincas destinadas exclusivamente a la producción de corcho o a la explotación cinegética), de forma que las medidas de ayudas a las dehesas han de perseguir el objetivo de mejora de los recursos naturales de la propia dehesa en relación a la ganadería que sustentan, propiciando un incremento de la rentabilidad económica de las mismas.

El incremento futuro del arbolado que debería darse con las medidas publicadas, chocan en muchos casos con el interés económico de los ganaderos de dehesas, debido a que actualmente la aplicación del Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP) penaliza las superficies con mayor densidad de pies al descontar la superficie de estos árboles, incluida la proyección de su copa sobre el suelo en el cálculo final de las ayudas europeas de la Política Agraria Comunitaria, puesto que de manera objetiva cuanto mayor sea la fracción de cabida cubierta, menor es el pago único.

El desbroce de matorral contemplado en la medida para posibilitar la regeneración de los chirpiales incipientes es cuanto menos discutible. Tradicionalmente el matorral propio de las dehesas ejerce una protección nada desdeñable a diversos elementos como la erosión del suelo, servir de resguardo al ganado y a especies silvestres, garantizar la biodiversidad y por tanto la todavía desconocida necesaria interacción entre especies de flora y fauna. Señalan que mayor eficacia y eficiencia en términos económicos sería tratar de acotar superficies al pasto durante periodos de tiempo suficientes para conseguir la regeneración de vuelo y suelo, y por supuesto sin excluir de las ayudas por superficies.

A su vez han indicado, que la sucesiva promulgación de decretos que contemplan ayudas para diversas actuaciones consideradas de forma aisladas y susceptibles de ser aplicadas por igual a todas las dehesas con independencia de factores tan importantes como la vocación, ubicación geográfica, características edafológicas, condiciones medioambientales y en fin la idiosincrasia de cada dehesa en particular, no es un camino adecuado. Se aboga por realizar actuaciones acorde a las condiciones particulares, con ayudas de manera individualizadas puesto que hay que estudiar y dar respuesta a muchos problemas diferentes.

Por último se insiste en la necesidad de aprovechar los fondos europeos para mejorar y dar viabilidad a las dehesas, para ponerlas en situación de ser rentables económicamente como principal garantía de su supervivencia, puesto que existen fincas que nunca pueden acceder a las ayudas, otras en las que se hace innecesario o ineficaz determinadas inversiones y existen otros terrenos adehesados que han perdido de vista la razón de su existencia y se convierten en meros parques o lugares de disfrute.

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