La organización agraria Asaja Córdoba ha hecho una recopilación de «los disparates más absurdos de la reformada de la PAC que ha impuesto el ministro de Agricultura, Luis Planas, con normativas que rozan el ridículo” y complican el trabajo de los agricultores y ganaderos, así como el desánimo en el sector a medida que se intentan aclarar los detalles de la nueva PAC.

Uno de estos disparates, es el ecorégimen de las cubiertas vegetales en olivar, sobre el Ministerio ha precisado que no está permitido el control de la cubierta mediante ganado, lo que “es una auténtica barbaridad” sobre todo en explotaciones de olivar porque, debido a la orografía, es muy costoso y, en ocasiones, imposible manejar la cubierta con maquinaria, siendo además mucho más “sostenible y ecológico” manejar las cubiertas vegetales con el propio ganado de la explotación que con medios mecánicos.

Además, el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha explicado que elimina de facto las “ovejas bombero”, lo cual dará lugar a mayores problemas de incendios. “Los mismos que hablaban de que el pastoreo es bueno para control de incendios, ahora los quieren prohibir», añade Fernández de Mesa quien afirma que ello conllevaría penalizar de forma gravísima la renta de estas zonas, que son desfavorecidas, “lo que aumentaría el problema de la despoblación y llevará al abandono de olivares por falta de sostenibilidad económica”.

En olivar ecológico, sobre todo en zonas de pendiente, es indispensable el uso del ganado ovino e incluso equino para controlar la cubierta. Muchos productores tienen el ganado precisamente por este motivo, por lo que esta medida “es un absoluto disparate”.

Por otro lado, para el cumplimiento de los eco-regímenes de pastoreo, el borrador del real decreto dice literalmente que «Los beneficiarios deberán incluir en la solicitud única la relación de las parcelas agrícolas de pasto que son aprovechadas por los animales de cada explotación ganadera(…). Además, deberán registrar en el cuaderno digital de explotación agrícola (..), las fechas de entrada y salida de los animales a cada parcela agrícola de pasto. Dicha anotación, deberá realizarse, a más tardar, en los 15 días posteriores a la fecha de finalización del período de pastoreo.»

LA GANADERÍA EXTENSIVA ANDALUZA SERÁ UNA DE LAS MÁS CASTIGADAS POR LA APLICACIÓN DE LOS ECO-REGÍMENES

Ante ello, Asaja aclara que, en explotaciones de ganadería extensiva como las de Andalucía, puede que haya vacas u ovejas que pasten en varias parcelas diferentes en el mismo día dentro de una misma cerca, por lo que el ganadero deberá estar sin moverse y dando vueltas por su finca para poder cumplir con ello, o poner un GPS a cada animal. En un mismo día, el animal puede estar en varias parcelas y hay que comunicar todos esos movimientos. Igualmente ocurre con el porcino de montanera, que aprovecha la bellota de forma rotacional por toda la finca. Ello, sin duda, supone “otro gran disparate”.

Asimismo, para el cumplimiento del ecorégimen de pastoreo, se exige una carga ganadera máxima 1,2 UGMs. Desde la organización agraria lo consideran otrode los disparates del ministro porque «cualquiera que conozca una zona ganadera como los Pedroches, sabrá que es claramente insuficiente en explotaciones que tienen vacuno, ovino y porcino extensivo en la misma explotación. Este problema se puede acentuar aún más en las dehesas que son tierra arable y siembran parte de ella. Los animales pastan en las parcelas sembradas una vez cosechado el cultivo y esta superficie se queda fuera de la superficie útil para calcular la carga ganadera».

Con esto, Fernández de Mesa señala otro gran disparate en el que “se penaliza de forma gravísima la renta de estas zonas, que son desfavorecidas, lo que aumentaría el problema de la despoblación y llevará al abandono de explotaciones por falta de sostenibilidad económica”.

De este modo, Asaja Córdoba seguirá enumerando durante las próximas semanas todos estos despropósitos y los disparates que vean que, sin duda, van a suponer una carga burocrática brutal para agricultores y ganaderos, lo que va a dificultar la gestión de la PAC para el sector y la propia administración, debido a la complejidad de las normas propuestas, que “es tal que ni los propios técnicos del ministerio que han impartido los cursos de formación eran capaces de contestar a las innumerables preguntas que desde el sector se le formularon”.

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