Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC) se ha reunido con Ferran de Noguera, director de los Serveis Territorials de Lleida, y Marc Costa, director de los Agentes Rurales. La organización agraria lamenta que la pandemia no haya hecho más que agravar la situación de descontrol de determinadas especies de fauna salvaje. A pesar de las medidas implementadas en esta zona de Ponent afectada por una alta densidad de conejos, se continúan produciendo destrozos en los cultivos. Ferran Noguera se mostró receptivo a la propuesta de la declaración de emergencia cinegética, y emplazó la entidad a una reunión, en breve, para tratar el tema más en profundidad.

La entidad hace más de una década que reclama una Ley de Caza para Cataluña. Se ha de tener en cuenta que esta Ley regulará solo una práctica deportiva, pero sería necesario regular también la actividad cinegética como medida de control de la fauna. A partir de determinadas densidades de población, algunas especies se convierten en plaga, como la de ahora de conejos,, y desequilibran el medio natural, comportan riesgos sanitarios, para la movilidad, y causan daños en la agricultura.

En las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), como el Canal Segarra-Garrigues con una extensión de 3.000 hectáreas, la situación se agrava por las restricciones que esta implica. “Estas reservas son necesarias”, dice Lluís Viladrich, representante de la sectorial de Fauna de JARC,”pero es necesario que los promotores de estas áreas doten de recursos suficientes para gestionar y controlar las poblaciones de fauna salvaje, para mantener el equilibrio natural.”

Mauri Bosch, representante de la sectorial de Fauna de JARC, ha puesto en evidencia la necesidad de poner en marcha medidas más concretas. Por este motivo, la entidad solicita que se declare la emergencia cinegética en esta zona y, si fuera necesario, en otros que también sufren este problema. “Mientras no haya un plan de actuaciones”, apunta Bosch. “Habría que indemnizarlos agricultores indemnizaciones, y si no se pueden controlar las poblaciones con la actividad de la caza, se tendría que empezar a pensar en la figura del cazador profesional”. Respecto a esta propuesta la Administración se mostró favorable, ya que el colectivo de cazadores es cada vez más reducido.

En todo caso, Lluís Viladrich recuerda que la caza no es la única medida para controlar la fauna salvaje. La organización presentó, al margen de la propuesta de emergencia cinegética, otras medidas que la Administración encuentra acertadas, como la colocación de trampas, entre otras.

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