EHNE-Nafarroa ha exigido que se blinden los terrenos de cultivo frente a las macro instalaciones de macroplantas de energías renovables que se quieren proyectar en este territorio y que se pretenden instalar en dichas áreas. «El suelo productor de alimentos es el patrimonio más importante de cualquier sociedad y así es como se debe preservar, estando obligadas las diversas instituciones a establecer medidas legislativas en tal sentido», señalan.

De manera reciente, la organización agraria ha tenido conocimiento de primera mano de que se están impulsando por parte de iniciativas privadas varios proyectos para la instalación de macroplantas de energías renovables fotovoltaicas en diferentes zonas de Nafarroa a lo largo de la próxima década, que ocuparían una superficie de 7.500 hectáreas, Y que las empresas promotoras ya están realizando gestiones para obtener los pertinentes permisos de entidades locales y gubernamentales, así como la obtención de terrenos mediante alquiler, la mayoría de ellos cultivables.

Desde EHNE-Nafarroa defiende que «ni un metro de tierra para este tipo de parques. Y no es porque estemos en contra de las energías renovables, más bien al contrario, nos oponemos a que, con la excusa de la transición energética que nuestra sociedad necesita de manera urgente, se lucren en esta maniobra especulativa grupos empresariales y fondos de inversión, dejando para las vecinas y vecinos de los pueblos toda una carga de externalidades que este tipo de instalaciones conllevan».

En este sentido, recalcan que antes de empezar la casa por el tejado y, como ya reclamamos en su momento con motivo de la también nueva promoción de más parques eólicos en Nafarroa, es de obligado cumplimiento la realización previa de un Plan Energético que evalúe las necesidades que en este apartado existen en nuestro territorio y que, en función de sus conclusiones, se adopten las actuaciones que se consideren necesarias».

Por eso, insisten en «no dejar vía libre, como se está haciendo en estos momentos, a que proyectos que responden más al cortoplacista rendimiento económico puro y duro que a la sostenibilidad medioambiental –no nos dejemos engañar– puedan materializarse en breve, suponiendo una importantísima rémora para las zonas de cultivo existentes. Queremos pueblos que sigan siendo espacios rurales campesinos vinculados a la tierra y, por ello, exigimos al Gobierno de Nafarroa que, a través de la ley del cambio climático, incluya un blindaje de las áreas cultivables frente a estos nuevos macroproyectos fotovoltaicos y de cualquier otro tipo».

También reclaman a las entidades locales «que no caigan en la trampa del dinero fácil que ofrecen las empresas que se esconden detrás de este tipo de proyectos de macroplantas de energías renovables ni sus ofertas de trabajo local y que, en cambio, favorezcan pequeños proyectos de autoconsumo, donde tanto vecinas y vecinos como ayuntamientos o concejos sean los verdaderos activos y gestores de dichas iniciativas energéticas sin ánimo de lucro».

Cabe recordar que en Castilla y león este problema puede provocar que unas 60.000 hectáreas de agricultura y ganadería se vean afectadas por proyectos similares. Lógicamente, esas hectáreas no podrán ser ni cultivadas ni aprovechadas por el ganado.

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