La Unión Extremadura ha exigido a la administración que no se autorice el enriquecimiento de los vinos con mostos concentrados rectificados, al considerar que esta medida solo beneficia a algunos industriales y a los productores de viñedos de riegos intensivos y producciones de 60.000 kg por hectárea.

En una nota de prensa, la organización agraria plantea que «la pregunta que muchos nos hacemos, esta campaña, que estamos alcanzando una temperatura diurna de 38 grados en septiembre y los 35 grados en los primeros días de octubre, año seco, con alguna excepción por tormentas muy localizadas, donde no hay prisas por vendimiar y podemos dejar perfectamente que la uva madure, con estas condiciones ¿no somos capaces de que la uva alcance la graduación suficiente como para que no sea imprescindible enriquecerla con mostos concentrados rectificados para que pueda fermentar?»

Para preguntarse posteriormente «¿qué está ocurriendo para que tengamos que realizar las mismas prácticas enológicas que veníamos denunciando en las producciones de uva en el norte de Francia o de Alemania?».

Creen que es hacer el juego a los caprichos de los industriales que lo único que les interesa es producir más vino aún a costa del precio

Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla la Mancha ha solicitado a la Consejería de Agricultura de esta comunidad autorización para añadir mostos concentrados rectificados para aumentar hasta 1,5% el grado alcohólico de sus vinos para que los mismos puedan fermentar. El 26 de septiembre la Comunidad Valenciana autorizó esta misma práctica.

Sin embargo, para la Unión de Extremadura «todos sabemos que en campañas como la actual, en Extremadura, La Mancha y Valencia, en viñedos de producciones normales no es necesaria la adición ni de mostos, ni de azucares ni de ningún otro aditivo para sacar vinos de buena graduación. ¿Cuántos kg de uva producen las hectáreas de Valencia, de Mancha o de Extremadura para no ser capaces de alcanzar este grado de alcohol y no ser necesario el añadirle el mosto rectificado? Se está hablando de producciones superiores a los 60.000 kg/ha».

En opinión de la organización agraria, «las administraciones regionales están autorizando prácticas enológicas que benefician a estas producciones en detrimento de la calidad y de la rentabilidad de producciones medias por has tradicionales».

Por todo esto, cree que «las administraciones no deberían fomentar este sistema de producción y las cooperativas no deberían hacer el juego a los caprichos de los industriales que lo único que les interesa es que se produzca cada vez más vino aún a costa de cargarse el precio y la calidad del mismo. Esta situación es insostenible en el tiempo».

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