“Pistachos del Norte” ha creado el primer centro de procesado que existe en Teruel y en estos momentos el situado más al norte en la Península Ibérica. Un centro de procesado que nace con vocación de servicio porque “cualquier agricultor puede traer su cosecha”.

Hace cinco años, José Ignacio Duerto decidió apostar por su primera plantación de pistachos. Un cultivo alternativo y nuevo en Aragón que le permitía esquivar las heladas tardías que afectan a otros leñosos como el almendro. Pero pronto surgió el primer problema. “En 24 ó 48 horas el pistacho tiene que estar pelado y
secado porque si no se mancha la cáscara y se devalúa su precio”, explica Duerto.

Sin embargo, en Aragón solo había un centro de procesado ubicado en la provincia de Teruel y el resto de los más cercanos se encontraban en Castilla – La Mancha. Y es así como José Ignacio Duerto decidió emprender y crear en su pueblo “Pistachos del Norte”, el primer centro de procesado que existe en la provincia y en estos momentos el situado más al norte en la Península Ibérica.

Unas instalaciones que tienen capacidad para secar de forma diaria 12.000 kilos de pistacho verde sin cáscara y que han entrado en funcionamiento en esta campaña de 2023. “Estreno la maquinaria con mi propia producción de pistacho”, señala con orgullo Duerto. No obstante, este centro de procesado nace con vocación de servicio.

“Cualquier agricultor puede traer su cosecha”, apunta José Ignacio Duerto quien explica que ofrece la posibilidad de procesar el pistacho, pero también de comercializar su producción.

La cercanía de Laluenga con plantaciones de pistacho ubicadas en la misma provincia facilita el trabajo de secado. “Si no lo haces en 24 ó 48 horas el pellejo del pistacho empieza a fermentar, se generan aflatoxinas y se mancha la cáscara; y por tanto se devalúa el precio del producto”, insiste Duerto.

El pistacho entra en la planta de procesado con una humedad del 40% y se debe rebajar a un 6%. Se trata del porcentaje óptimo y necesario para poder almacenar y conservar la calidad final.

Duerto ha invertido 250.000 euros en la puesta en marcha de estas instalaciones, y el 30% de la inversión ha sido financiada a través de los Fondos LEDADER del CEDER Somontano. Una planta de procesado que cuenta con los últimos sistemas tecnológicos.

“Mi objetivo es producir un pistacho abierto, de tamaño medio – grande y limpio de manchas”, explica el joven emprendedor de Laluenga quien matiza que el destino de su producción es para hacer snacks “porque el precio es mucho más competitivo para el agricultor”. No obstante, el pistacho también se puede “derivar a la industria y eso es importante porque estamos hablando de otra salida comercial”, matiza Duerto.

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