UPA Andalucía, que trabaja de la mano de la Consejería de Agricultura, para estudiar y definir la posición de Andalucía ante la nueva reforma de la PAC, plantea como uno de los objetivos prioritarios para el próximo año poner las bases para la próxima revisión de la PAC, de tal forma que sea lo más favorable posible a la agricultura familiar y los intereses de los pequeños y medianos agricultores de Andalucía.

Así, desde la organización opinan que el Proyecto Europeo necesita de una PAC fuerte, tanto en contenido como en presupuesto. «Una PAC que haga honor a sus siglas, que sea netamente agraria, donde tanto los objetivos como la financiación vaya destinada prioritariamente al sector agrario, y común, evitando renacionalizaciones que debiliten a la principal política común europea».

Señalan que el sistema de ayudas que surja de la próxima reforma deberá tener elementos diferenciadores para los agricultores y ganaderos profesionales, centrándose fundamentalmente en la agricultura familiar y en aquellos que trabajan y viven directamente y principalmente de la actividad agraria en explotaciones individuales o asociativas de cualquier tipo y que a su vez favorezca la cesión de explotaciones entre productores de edad avanzada, y nuevos agricultores.

«Las nuevas exigencias que se plantean no deben llevar a una  pérdida de rentabilidad de las explotaciones»

Por otro lado, reclaman que los jóvenes y las mujeres deben ser considerados actores clave para el logro de los objetivos de la política de desarrollo rural.

Consideran también que esta política debe promover instrumentos y prácticas basadas en los conocimientos agronómicos y ambientales disponibles, reconocidos científicamente, para lograr un sector agrícola más competitivo y rentable, que asegure al mismo tiempo el uso sostenible de los recursos naturales y contribuya a la fijación de la población en el medio rural. «Las nuevas exigencias que se plantean no deben llevar a una  pérdida de rentabilidad de las explotaciones», afirman.

UPA cree necesario articular mecanismos que favorezcan la agricultura familiar, como establecer techos de ayudas mucho más bajos de los aplicados en la actual PAC, con objeto de evitar repartos injustos en las ayudas y al mismo tiempo obtener fondos para otras medidas prioritarias, diferenciación o degresividad en las ayudas en función de la dimensión económica de la explotación agraria y se debe introducir el pago redistributivo, primando las primeras hectáreas, de forma que un 30% de presupuesto se distribuya entre los pequeños y medianos agricultores y ganaderos, además de tener acceso al resto de pagos.

«Consideramos que unas normas más sencillas y estables en el tiempo posibilitarán mayor competitividad, más eficacia en la gestión, así como una mejor comprensión por la sociedad en general de las aportaciones de la PAC y corregir así la desconexión existente con el sector agrario»

Estamos en un momento decisivo donde por un lado el Brexit, con sus implicaciones presupuestarias, y por otro la posición cada vez más activa de aquellos que quieren darle una vuelta radical a la actual PAC debe llevarnos a definir perfectamente nuestra posición y trasladarla a todos los ámbitos.

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