El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado, defendió este miércoles 15 en la comisión de Medio Ambiente de Les Corts Valencianes que “los agricultores somos los ecologistas que pisamos tierra y los mejores colaboradores para luchar contra el cambio climático”. En este sentido, pidió a los partidos políticos que a la hora de tramitar el Proyecto de Ley del cambio climático y la transición ecológica “se busque un punto de encuentro entre el sector agrario y los ecologistas filosóficos, a través de iniciativas consensuadas, útiles y con un ámbito de actuación más amplio”.

Aguado subrayó de manera contundente que “si las leyes como esta no nos garantizan suficiente agua de calidad y una rentabilidad digna, el sector agrario no podrá recuperar las tierras abandonadas, cuidar el bosque verde que no se quema ni desempeñar su papel clave en la lucha contra el cambio climático, el avance de la desertificación y el despoblamiento de las áreas rurales. Queremos hacer una agricultura todavía más respetuosa con el medio ambiente, pero solo será posible siempre y cuando haya un mercado de proximidad (que es Europa) con reciprocidad y las mismas exigencias para las importaciones de países terceros”.

Respecto a la gestión hídrica, el dirigente agrario afirmó que “con el agua bien administrada en el conjunto de España, puede haber para todos. Es lamentable que a día de hoy aún haya viñas, almendros o algarrobos sin ningún riego de apoyo para asegurar una producción estable. Antes que desalar, que es más caro, hay que apostar por una mejor distribución, almacenamiento y reutilización de las aguas disponibles y que puedan destinarse a la agricultura a precios asumibles”.  

Aguado rechazó las trabas legislativas referentes a la quema de restos de poda: “En un arranque de arbolado, la forma menos contaminante es la quema de las raíces porque son un foco de patógenos para la siguiente plantación. Las pocas emisiones que genera esa quema puntual no son nada comparadas con el oxígeno que ha liberado y el dióxido de carbono que ha fijado ese cultivo durante sus más de veinte años de vida. O con los beneficios ambientales que aportarán los nuevos plantones en el futuro. Demonizar al sector es un grave error que dificulta su ayuda irrenunciable a la hora de preservar el medioambiente”, a la vez que insistía en que no se debe olvidar a «los ecologistas que pisamos tierra»

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