Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya ha enviado una carta a Marc Costa, director de los Agentes Rurales y responsable de Fauna de la Generalitat de Cataluña, solicitando una reunión para tratar las plagas de fauna salvaje que destrozan los cultivos, que cuente con presencia de Ferran de Noguera, director de los Servicios Territoriales de Lleida, dado que en estos momentos la situación es muy grave en el territorio comprendido entre Agramunt, Ossó de Sió, Artesa de Segre, Camarasa, Balaguer, Tàrrega, Guissona, Ponts, Tornabous y Pallargues, así como en Alcarràs, y otros municipios del Segrià y cercanías.

El cultivo más afectado es el cereal, que actualmente se encuentra en un estadio productivo joven. En algunos casos las pérdidas afectan hasta el 90% de la producción. La proliferación de poblaciones de conejos en estos términos municipales leridanos es superior a los 50 conejos/km², motivo por el cual la organización considera que se tiene que considerar como emergencia cinegética.

La entidad hace extensiva su petición a todos los territorios catalanes que sufren las consecuencias de poblaciones descontroladas de fauna salvaje. La alta densidad de población de especies como las palomas torcaces en el Llobregat, o los jabalíes en diferentes puntos de Cataluña, producen grandes afectaciones en fincas de cultivo, huerta y frutales. Los jabalíes representan, además, una amenaza para la bioseguridad de las granjas porcinas, como transmisores de la peste porcina africana.

Las restricciones que impone la situación sanitaria están dificultando enormemente la actividad cinegética, que JARC solicita que sea considerada como actividad esencial, por el papel que juega en el mantenimiento de territorio y el equilibrio de los ecosistemas. Con la imposición de las restricciones de movimiento, la caza menor solo se puede practicar en el mismo municipio o limítrofe, provocando que en muchas zonas donde no hay suficientes cazadores proliferen algunas especies de fauna salvaje de manera descontrolada. En otras ocasiones, los cazadores no puedan ir a los cotos donde son socios, o prefieren no actuar por no tener clara la normativa.

Por este motivo, la entidad quiere que se permita, mediante justificante responsable, que los cazadores puedan moverse por los municipios que estén incluidos en un coto, acreditando su afiliación al coto en cuestión, aunque no sean limítrofes con su municipio de residencia para ayudar a acabar con las plagas de fauna salvaje.

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