Según Pernod Ricard Bodegas, este proyecto, coordinado por el Comité Europeo de Empresas de Vino (CEEV), permitirá calcular el impacto medioambiental de un producto a través del análisis de ciclo de vida y recoger aspectos como las huellas de carbono o hídrica.
Esta iniciativa pretende que las empresas dispongan de un método para medir el impacto medioambiental del vino de una forma clara, fiable, completa y estandarizada, ha detallado.
Pernod Ricard cree que ello contribuirá a crear un ambiente de confianza en los consumidores de vino y en todas las partes implicadas en la cadena de suministro.
Un proyecto entre varios países e instituciones europeas
El proyecto está integrado, además de por Pernod Ricard Bodegas y el CEEV (Coordinador), por la Unione Italiana Vini (UIV), la Azienda Agricola Salcheto, el Comité Interprofessionnel du Vin de Champagne (CIVC), Moët Hennessy Champagne Services (MHCS), el Centre Vinicole-Champagne Nicolas Feuillatte (CV-CNF) o The European Container Glass Federation (FEVE).
También forman parte del proyecto Amcor, Nomacorc, el Instituto Andaluz de Tecnología (IAT) y la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida, entre otras.
La compañía demuestra su compromiso y concienciación con el medio ambiente a través de sus viñedos y bodegas sostenibles y asegura que, prueba de ello es que Campo Viejo, situada Logroño y la bodega icono de esta firma, fue la primera bodega española en certificar por AENOR su huella de carbono conforme a la norma ISO 14064 y la primera en certificar su Sistema de Gestión Energética de ISO 50001. Fue, además, la primera bodega en obtener la certificación CarbonNeutral® en España.
Paralelamente, introdujo en Europa el logo de la mujer embarazada en sus etiquetas advirtiendo de los riesgos del consumo del vino en estado de gestación y, posteriormente, volvió a ser la primera compañía vinícola del continente en incluir en sus contra etiquetas el logotipo identificativo del programa europeo Wine in Moderation (Vino con Moderación, WIM).