La economía agraria ha caído un 2,6% en 2019, siendo el único de los grandes sectores que retrocede y lo hace después de un 2018 en el que lideró las subidas con un 5,9%, según el avance de contabilidad nacional publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Unos datos que justifican y explican el porqué de las movilizaciones que está desarrollando el campo en este final de mes y que se prolongará durante todo el año si no hay cambios.

En el último trimestre del año, el PIB de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca retrocedió un 0,7% respecto a los tres meses previos.

Esta tasa son dos puntos por debajo de la registrada en el tercer trimestre, cuando el PIB agrícola creció un 1,3 %.

Además, la variación interanual de la economía agraria en el último trimestre (con ajustes de estacionalidad y calendario) cayó un 6 % (en el trimestre anterior hubo un ligero repunte del 0,1%).

A precios corrientes, el sector agrario y pesquero retrocedió en su PIB en 2019 un 0,5% (cifra que en 2018 fue del +3,3%).

El empleo de la economía agraria, en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, varió un -2 y un -2,1% en 2019 para asalariados y ocupados, respectivamente.

En ocupados, eso supone 15.000 personas menos; en asalariados, -9.200 menos.

En términos generales, la economía creció el 0,5% en el cuarto trimestre de 2019 y el 2 % en el conjunto del año, que significa una desaceleración de cuatro décimas respecto al avance de 2018.

La demanda nacional (consumo e inversión) contribuyó al crecimiento anual con 1,5 puntos, mientras que la demanda externa (exportaciones e importaciones) aportó 0,4 puntos, con lo que vuelve a tener una contribución positiva al PIB tras restar en 2018.

El empleo aumentó a un ritmo del 2%, lo que supone la creación de 358.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.

El valor del PIB a precios corrientes para el conjunto del año se situó en 1.244.757 millones de euros, un 3,5% superior al de 2018.

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