Un hombre de 69 años ha fallecido esta semana en Marchana, una pedanía de Yeste (Albacete), cuando el tractor que conducía ha volcado y ha quedado atrapado bajo el vehículo. El accidente ocurre cuando  el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha hecho públicas las cifras de siniestralidad en el campo durante 2020, con 90 muertes. Sin embargo, este último fallcido, como tantos otros, no entra en las estadísticas al tratarse de una persona jubilada. Desde UPA ya se reclama un plan de choque para frenar el aumento de las muertes.

Fuentes del servicio de emergencias 112 han informado a Efeagro de que el suceso ocurrió a las 9.59 horas, a la entrada de la pedanía cuando el tractor ha volcado y su conductor, un hombre de 69 años, ha quedado atrapado bajo el vehículo.

Hasta el lugar del suceso se han desplazado un médico de urgencias, un helicóptero sanitario y una ambulancia de soporte vital, que han intentado reanimar al hombre, si bien no se ha podido hacer nada por salvar la vida de este hombre. También se han desplazado agentes de la Guardia Civil y bomberos de Molinicos, para recuperar el cuerpo del fallecido de debajo del tractor.

PIDEN UN PLAN DE CHOQUE CONTRA LA SINIESTRALIDAD LABORAL EN EL CAMPO

Ante las cifras de siniestralidad en el campo, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) considera que se tratan de unas cifras “inasumibles. Por eso, reclama un plan de choque para abordar lo que califica de “lacra”. Es urgente incrementar las subvenciones para renovar maquinaria, que este año alcanzarán los 9,5 millones de euros. Una cuantía “insuficiente a todas luces” y que contrasta con los 1.100 millones de euros que se van a destinar en 2021 a promover el vehículo eléctrico. También es necesario potenciar al máximo el relevo generacional, así como la formación de los profesionales en los distintos aspectos del trabajo, haciendo hincapié en la prevención.

El sector agrario ha sido tradicionalmente un sector muy difícil de atender por la estadística oficial, por diferentes motivos de su propia naturaleza. La existencia de una actividad agraria que no es la actividad principal de una buena parte de los titulares de explotaciones agrarias ha enmascarado la verdadera realidad de la siniestralidad en el sector. De la misma manera, la existencia de un gran número de jubilados que siguen realizando labores agrícolas, también afecta a los datos oficiales.

Para la organización agraria, «quizá el aspecto más importante por la gravedad de los accidentes es el uso de la maquinaria y en concreto de los tractores, pero además podemos encontrar actividades peligrosas, como la manipulación de cargas muy pesadas, el trabajo en altura o el manejo de animales. Igualmente, la realización de actividades al aire libre supone una serie de riesgos adicionales derivados de las condiciones meteorológicas».

UPA defiende que la actividad agraria debe tener una mayor consideración desde el punto de vista de los riesgos laborales, y principalmente por la gravedad de los mismos, como demuestran los datos de 2020, con un aumento de la siniestralidad mortal y con la mayor incidencia de accidentes, por encima de otros sectores tradicionales como la construcción y la industria. Frente a una mortalidad en la construcción de 8,34 muertes por cada 100.000 trabajadores, en agricultura y ganadería es de 12,55 muertes.

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