Jaume Bernis / Representante del Porcino de JARC y COAG

Hace unos días la Conselleria de Territori dio luz verde a un proyecto de tratamiento de deyecciones, aprovechando el punto muerto de desgobierno y sin dar respuesta a la gran cantidad de alegaciones que se presentaron desde diferentes asociaciones y plataformas de la comarca. Este hecho vuelve a poner al sector ganadero, y en concreto, al sector porcino leridano en boca de la opinión pública y, desde mi punto de vista, no ayuda a mejorar la imagen del sector.

Mientras unos ganaderos piensan que para gestionar un problema contribuiremos a generar otro, ponen por encima los intereses particulares a los intereses generales de las personas que viven en la comarca, y perjudican la imagen del sector ganadero, que por desgracia, se cuestiona y criminaliza a menudo en los últimos años.

Aun así no todos los ganaderos pensamos igual.  Muchos estamos trabajando para aprovechar las oportunidades que se están generando en la hora de afrontar la gestión de las deyecciones ganaderas. Nuevas posibilidades abren la puerta a cumplir con las actuales y futuras normativas que se marcan desde las diferentes administraciones europeas, estatales y catalanas. Lo más importante es que este modelo de gestión de deyecciones puede generar nuevas economías alternativas para la ganadería, en forma de nuevos recursos como fertilizantes, energía, nuevos modelos de bioeconomía, más puestos de trabajo y lo más importante, mantener nuestra gente en el territorio.

El sector ganadero no necesita asociarse con la gestión de los residuos urbanos. Son muchos los sistemas de tratamiento consolidados para gestionar las deyecciones ganaderas. Quiero nombrar algunos: separación sólido líquido, digestión anaerobia, plantas de compostaje, nitrificación y desnitrificación, procesos de separación por membrana y electrocoagulación de la fracción liquida de los purines… Cabe recordar que se encuentran en funcionamiento las plantas de cogeneración, paradas durante unos años, aprovechando la apuesta de las plantas de biogás, otra alternativa más a tener en cuenta.

Alternativas hay muchas, preferibles a mezclar las deyecciones ganaderas con los residuos urbanos. Los ganaderos que pensamos y trabajamos con los sistemas de tratamiento mencionados, sabemos que siguen la línea que marca Europa, con el Pacto Verde y la transformación económica que harán posible un futuro sostenible con la aplicación de la estrategia “de la granja a la mesa”.

Este modelo quiere conseguir una energía limpia asequible y segura, con un uso eficiente de los recursos que se pueden generar y transformar en el territorio para conseguir una contaminación cero y un medio ambiente libre de sustancias tóxicas, preservando la biodiversidad y la restauración de los ecosistemas propios.

Los que pensamos y trabajamos diferente queremos que la imagen y la opinión del sector cambie en positivo, un sector que está demostrando que, en general, hace las cosas bien hechas. Somos los primeros interesados en gestionar correctamente las deyecciones ganaderas y aprovechar las oportunidades que ofrecen los nuevos sistemas de tratamiento, preservando la sostenibilidad del medio.

Desde JARC y COAG, apostamos por una economía circular, aprovechando los recursos orgánicos que se encuentran en nuestro territorio, y los purines y basuras que produce la ganadería. Este es el modelo que defendemos y que hay que impulsar con la colaboración de la Administración y siempre con el visto bueno de la gente que vive y trabaja en el territorio.

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