Tras dos campañas de bajos precios, el campo español ha decidido dedicar menos hectáreas a la sandía y el melón, lo que ha recortado la oferta y favorecido precios más caros, también al alza por el aumento de los costes de los insumos, en un año en el que por ahora hay buena demanda de esta fruta.

Hace justo un año, varias toneladas de sandías eran arrojadas al vertedero almeriense de la Mojonera, en un acto simbólico organizado por la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal) y la de Andalucía (Aproa) para evidenciar la grave situación de caída de cotizaciones.

En junio de 2020, la Unión de Agricultores Independientes (UAI) regalaba en pleno centro de Motril (Granada) más de 20.000 kilos de sandías.

Los bajos precios se han repetido también en las otras regiones productoras que tradicionalmente cogen el testigo de Andalucía a lo largo de las dos últimas temporadas: la Región de Murcia y Castilla-La Mancha, principalmente.

EN COMERCIALIZACIÓN, LAS CIFRAS SON AÚN PEORES Y SE APROXIMAN A UNA REDUCCIÓN DEL 50% EN SANDÍA Y DE UN 55% EN MELÓN

El director de la cátedra Coexphal-Universidad de Almería (UAL), Juan Carlos Pérez Mesa, ha explicado que las expectativas iniciales de mediados de abril pasaban por un recorte del 25 % de la producción en la zona oriental andaluza respecto a 2021.

«Sin embargo -ha apuntado- en el balance económico de mediados de mayo, con los datos de comercialización, las cifras son aún peores y se aproximan a una reducción del 50% en sandía y de un 55% en melón», unas cifras que «puede que se recuperen en lo que queda de ciclo, hasta finales de junio, cuando acaba la campaña en Almería».

Según Pérez Mesa, la reducción de la producción prevista también es consecuencia de la «temperatura descompensada» de esta primavera, con la alternancia de días de mucho frío y de mucho calor -que han impulsado la demanda- porque no ha favorecido el cuaje del producto.

Respecto a los precios más caros que se viven, ha constatado que las cotizaciones actuales de ambos productos «doblan» las registradas en las mismas semanas de 2021 y se comportan con cierta «estabilidad».

«Normalmente los precios empiezan altos y acaban bajos, pero lo que llevamos de campaña, en abril y mayo, se han mantenido altos, con pequeños leves descensos solo en esta última semana», ha detallado.

La última referencia del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) apunta a que la cotización media en origen de la sandía alcanzó en la semana 20 (del 16 al 22 de mayo) los 75,46 céntimos/kilo, 2,04 céntimos menos que en la semana 19; la del melón, ha subido de un euro a 1,05 euros/kg de la 19 a la 20.

En la semana 20 de 2021 (del 17 al 23 de mayo), el registro ministerial situaba el precio en origen de la sandía en 27,21 céntimos/kg y el melón piel de sapo empezaba a cotizar en la semana siguiente a 37,69 céntimos/kg.

«El balance global pasa por un buen resultado en la campaña de sandía y también, aunque quizá un poco menos, en la de melón», ha sentenciado no sin antes precisar que la importante subida de algunos costes como el de los combustibles puede dar como resultado que los gastos se equiparen a los beneficios pese a los precios más caros.

MURCIA Y CASTILLA-LA MANCHA

En la Región de Murcia, el director comercial de Fruveg, Laureano Montesinos, ha calculado que esta firma ha plantado este año un 20 % menos que el año pasado debido a «los malos retornos económicos de las últimas campañas».

«También hay que tener en cuenta las lluvias de marzo y parte de abril», que produjeron la pérdida de plantaciones para la cosecha de finales de junio, por lo que, en esta comunidad, «la campaña va algo retrasada y con poco volumen inicial», ha adelantado.

A su juicio, este año se percibe una «gran demanda» de sandía y melón en Europa debido a las «altas temperaturas» en destino.

El presidente de la Interprofesional del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha, Cristóbal Jiménez, pedía al sector a mediados del pasado mes de abril «moderación en las siembras», para así evitar «los dientes de sierra y excesos de oferta que después generen una bajada significativa en los precios».

Jiménez advertía en un comunicado de «los perjuicios económicos» de una bajada de precios en un año como 2022, «con unos elevados costes de producción».

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