Bodegas Menade acaba de comenzar la vendimia con la recogida de la uva Gewürztraminer, una de las variedades blancas experimentales que tienen plantadas en una parcela en Rueda, mientras que continuarán con la Sauvignon Blanc en los próximos días, con la que elaboran dos de sus vinos.

Los hermanos Sanz son acérrimos defensores de la Verdejo, su variedad, con la que la familia trabaja desde hace seis generaciones. Pero Richard, Marco y Alejandra son mentes inquietas, en continua ebullición, por eso hace unos años comenzaron a injertar sobre cepas de Verdejo variedades blancas de todo el mundo y que aparecen como recomendadas o autorizadas en Castilla y León: Gewürztraminer, Riesling, Godello o Viogner.

La intención no es otra que investigar y comprobar de primera mano cómo se adaptan al terroir de Rueda, al suelo arcillo-pedregoso, a la climatología, etc. La cosecha 2018 no es la primera en la que Menade elaborará con las variedades citadas, pero probablemente sí la primera en la que algunos de esos blancos experimentales salgan al mercado, bajo la marca ‘Clandestino’.

La razón por la que se han escogido esas uvas y no otras responde únicamente al criterio sensorial de los Sanz, “son variedades que nos gustan, hemos probado muchos vinos de amigos, de aquí y de allá, hasta que finalmente nos hemos decidido porque nos agradan”, explica Richard Sanz.

Aunque tanto Richard, como Marco y Alejandra tienen claro que la filosofía de sus vinos Menade nunca cambiará, éste experimento también les será útil para comprobar los efectos del cambio climático y tomar medidas si la temperatura global sigue aumentando.

‘Clandestino by Menade’

La nueva línea ‘Clandestino by Menade’ estará formada por vinos que podrán ser comercializadas unos años sí y otros no, en función de los designios de climatología y de las propias decisiones tomadas en bodega. Producciones muy pequeñas que se venderán de forma exclusiva.

La línea Clandestino continúa con la misma filosofía en el campo y en elaboración que el resto de los vinos de la bodega: Vinos sin maquillaje, con un total respeto tanto en el campo como en bodega, basados en la sustitución del empleo de tratamientos de síntesis química por otros naturales.

El primer producto Clandestino fue un orujo de Verdejo, con la finalidad de aprovechar los restos de fermentación y crear un digestivo sabroso. Después, se lanzó Clandestino Tinto, elaborado con Tempranillo de Toro procedente de cepas de más de 100 años plantadas en vaso y de escaso rendimiento. Un tinto sin joven, sin adición de sulfuroso.

La cosecha 2018 se está caracterizando por la gran cantidad de precipitaciones registradas durante todo el ciclo vegetativo, particularmente durante la primavera. Menade es una de las bodegas de Rueda que primero vendimia debido a que se busca “mucho frescor y nervio en los vinos”. Según Marco Sanz, los vinos de la añada 2018 serán “vinos vivos, con acideces elevadas, más longevos, hasta febrero o marzo no estarán asentados”.

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