El director general de Política Agraria Comunitaria de la Junta de Extremadura, Javier Gonzalo, ha anunciado que los sectores del porcino y equino se incorporarán a los eco-esquemas de la futura PAC mientras que se trabaja en incluir también al arroz, según ha asegurado tras mantener una reunión con las organizaciones agrarias y cooperativas agroindustriales de Extremadura en la que se han abordado diversos aspectos de la PAC post-2023.

El responsable de la PAC, ha trasladado a los representantes agrarios la inclusión, a instancias de la Junta de Extremadura, de los sectores del porcino y equino en los eco-esquemas de pastoreo, sistemas clave en la próxima Política Agraria Comunitaria.

Estos dos sectores, claves en el desarrollo agroganadero extremeño, tendrán cabida en los eco-esquemas una nueva intervención, incluida en  el primer pilar de  la Política Agraria Común, basada en prácticas agrícolas que sean beneficiosas para el clima y el medio ambiente.

Asimismo, Javier Gonzalo ha recordado que la Junta luchará para que el sector del arroz también se pueda incorporar a dichos ecoesquemas.

Aunque el debate está todavía abierto, incluso en el seno de la propia Europa, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) presentó recientemente a las comunidades autónomas para su análisis una propuesta preliminar con nueve tipos de ecoesquemas para la próxima programación de la Política Agrícola Común (PAC).

El repertorio arranca con un primer ecoesquema dirigido a mejorar la sostenibilidad de los pastos, aumento de la capacidad de sumidero de carbono y prevención de incendios mediante el impulso del pastoreo extensivo; y uno segundo sobre el manejo apropiado de dichos pastos: siega de prados y márgenes sin segar, según especificó en su momento el propio Ministerio en un comunicado.

El resto de los ecoesquemas están dedicados a prácticas para la mejora del carbono orgánico; la calidad y la fertilidad del suelo en tierra arable: fomento de la rotación de cultivos con especies mejorantes; agricultura de precisión con planes de gestión de nutrientes; y el quinto sobre prácticas alternativas a la quema al aire libre de restos de cosecha y poda (cubiertas vegetales inertes, valorización energética de biomasa vegetal y compostaje).

El MAPA incluye otros tres esquemas verdes: sobre prácticas en el uso sostenible de fitosanitarios; para la mejora de la conservación del suelo mediante cubiertas vegetales vivas en cultivos leñosos; y para prevenir la erosión del suelo y mejorar su contenido en carbono y materia orgánica: agricultura de conservación-siembra directa.

Finalmente, propone a las regiones uno relativo a la mejora de la biodiversidad a través de márgenes multifuncionales e islas de biodiversidad y de zonas de no cosechado y mantenimiento del cultivo.

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