Los productores de uva de vinificación de la Comunitat Valenciana se van a quedar sin ayudas para la destilación de crisis debido a que la Conselleria de Agricultura no las solicitó en su día como sí han hecho otras comunidades autónomas, según denuncia LA UNIÓ Llauradora.

La Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura ha elaborado una propuesta de Resolución donde indica que solo dos comunidades autónomas, Cataluña y Extremadura, activarán la medida de destilación de crisis en su territorio con fondos estatales, tras haberla pedido en su día. Por su parte La Rioja y País Vasco activarán la medida también pero con fondos propios. La Comunitat Valenciana, ni con fondos del Gobierno de España ni con los de la Generalitat.

Así, Cataluña tendrá 1 millón de euros con cargo a la partida presupuestaria del Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE) para el año 2023 y Extremadura 1,29 millones de euros con cargo a la partida presupuestaria de la intervención sectorial del vino (SV) para el ejercicio 2024. En Cataluña se destilarán un total de 16.666 hectolitros y en Extremadura 43.333 Hl.

EN LA C. VALENCIANA NADA DE TODO LO ANTERIOR SERÁ POSIBLE PORQUE LA CONSELLERIA NO HIZO LOS DEBERES Y NO PIDIÓ LA MEDIDA DE LA DESTILACIÓN DE CRISIS

El sector del vino de la Comunitat Valenciana se ha quedado de este modo sin ayudas para la destilación de crisis, como anteriormente tampoco se le incluyó, pese a las demandas de LA UNIÓ, dentro de las ayudas extraordinarias y urgentes de apoyo a los agricultores y ganaderos para hacer frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania y las adversidades climáticas.

LA UNIÓ indica que el sector productor de uva de vinificación de la Comunitat Valenciana está experimentado durante varias campañas un descenso de su rentabilidad como consecuencia de los incrementos de costes de producción que promedian ya el 30% y unos precios de venta de uva y vino por debajo del umbral de rentabilidad.

Cabe señalar que la situación económica actual, caracterizada por esos altos costes de los insumos y una alta inflación, ha debilitado las acciones comerciales de los productores y reducido el poder adquisitivo de los consumidores, lo que está acentuando la aparente caída estructural del consumo de vino, cifrado en un 10% en España. Por otra parte, las exportaciones de vino de la UE para el período de enero a abril de 2023 han sido un 8,5 % más bajas que el año anterior.

Existe en la actualidad una acumulación de existencias en las bodegas sin precedentes. El sector vitivinícola ya comenzó con un stock bastante alto, en parte como consecuencia de las dificultades del mercado durante el período COVID, en combinación con una buena cosecha de 2022 y una rápida disminución del consumo interno y una fuerte caída en los principales mercados de exportación.

Tanto los estados miembros como los representantes del sector vitivinícola han solicitado a la Comisión Europea una intervención para ayudar a superar lo que consideran un excedente de estos vinos antes de que se vea afectado todo el mercado del vino y se ha considerado que la destilación de crisis financiada con cargo a los Programas Nacionales de Apoyo al vino podría suponer un alivio a la situación descrita. Mediante esta regulación se pretende conseguir que la retirada del mercado, mediante la destilación de crisis, de las regiones más afectadas de algunas de las cantidades de vino que no están encontrando salidas comerciales adecuadas contribuya a abordar los desequilibrios del mercado y evitar que las perturbaciones actuales se conviertan en una perturbación más grave o prolongada de todo el sector vitivinícola de la UE.

En la Comunitat Valenciana nada de todo lo anterior será posible porque la Conselleria de Agricultura no hizo los deberes y no pidió en su día acogerse a la medida de la destilación de crisis.

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