Los precios del maíz han subido en España un 40% y los del trigo blando y de la cebada en torno al 35% durante el primer mes de guerra en Ucrania, según los datos facilitados a Efeagro por la patronal de comerciantes de cereales Accoe, que destaca que las pipas de girasol se paga ya a 800 euros/tonelada.

La cotización del trigo blando ha repuntado el 35,3%, la de maíz un 40,85%, la de la cebada un 33,25%, la cebada de malta un 34,80% y la avena un 21,6%, de acuerdo a las cifras de Accoe, correspondientes a la variación durante el mes de marzo.

Sin embargo, los precios en las lonjas mayoristas registraron un descenso la semana pasada, del 1,9% en el caso del trigo blando, del 1,8% en el maíz y del 1,7% en la cebada.

La excepción es el trigo duro, cuyos precios han sufrido caídas mensuales y semanales.

EN LAS COTIZACIONES DE GIRASOL, LAS PIPAS DE ESTA PLANTA COTIZAN A 800 EUROS/TONELADA

España es deficitaria en el comercio de cereales y compra a Ucrania el 27% de sus importaciones de maíz (segundo abastecedor de este grano al mercado nacional) y el 62% de sus adquisiciones de girasol.

En relación a las cotizaciones de girasol, los datos de Accoe han detallado que las pipas de esta planta cotizan a 800 euros/tonelada, un 25% más caras que en enero, y la harina, a 511 euros/tonelada la semana pasada, pero en este producto no indican su variación.

El secretario general de Accoe, José Manuel Álvarez, ha declarado a Efeagro que en general los precios «están subiendo y bajando» y se están buscando alternativas a los envíos ucranianos.

Para el comercio español, según Álvarez, el principal problema es la huelga de transportistas, que está «bloqueando» la actividad y el suministro a las fábricas de piensos o de alimentos.

En su opinión, el paro de transporte es una «irresponsabilidad» y la «puntilla» para el comercio de materias agrícolas españolas.

En ese sentido, ha señalado que entre las empresas comerciantes de grano y de oleaginosas algunas tienen transporte propio y otras lo alquilan, pero entre los conductores hay «miedo a trabajar» por las represalias de los convocantes de la huelga.

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